Ante el miedo generado por los políticos para que los elijamos, ante el conformismo distractor vendido por la televisión para que no nos rebelemos, ante las depresiones producto de la alta radiación a la que estamos expuestos, ante la globalización que amenaza con la destrucción de nuestro idioma, arte y cultura, ante las enfermedades inventadas producto de la necesidad de los grandes poderes económicos para evitar que vivamos hasta los 100 años y así ahorrarse 40 años de pensión considero, digo sin tibiezas que hay que resistir.
Diría Ernesto Sábato: ¿Cómo encarnar esta palabra?
Pienso que no hay, ni creo que haya una definición consensual sobre lo que es resistir, puesto que cada ser humano lleva a cabo una resistencia única en cada práctica: la profesora que inculca la lectura a sus alumnos, resistiéndose a la ignorancia; el niño que siembra un árbol, resistiéndose al cambio climático; el indígena que no abandona su cultura, resistiéndose a la globalización; la negra que luce con orgullo un turbante, resistiéndose al racismo; el joven que decide ir en contravía del sistema, resistiéndose al conformismo; la mujer que decide ser mujer resistiéndose al machismo o cada ser humano que se decida a ser libre, resistiéndose al miedo.
Tú, que lees esto, estás resistiendo. Tienes problemas, eso es obvio, pero ¿sabes algo? Nada de lo que te agobie será más grande que el calvario que vivió Jesucristo. Resistir es llevar nuestra cruz con amor, como lo hizo Jesús. Lo contrario, suicidarte, representa la victoria de los grandes poderes capitalistas que quieren reducir la población mundial y la victoria también de Satanás, puesto que el suicidio es el rechazo al regalo de la vida que nos dio la fuerza creadora.
Podría llevarme hojas y establecer decenas de ejemplos sobre la resistencia, sin embargo, soy más poeta que ensayista, así que les regalo esta poesía para la resistencia para que la recuerden siempre:
Resiste
El llamamiento
a la victoria
no puede ser ignorado.
Naciste con un destino ligado a la grandeza
y no puedes ser inferior
al reto de cambiar el mundo.
Que el miedo a morir o vivir
no te detenga.
Resiste.