“La nave espacial New Horizons de la Nasa aún tiene 100 millones de millas por recorrer, pero ha tomado su primera instantánea de la roca espacial que será su fecha para el Año Nuevo de 2019”.
Para darse una dimensión de lo ocurrido podríamos plantear la situación desde una perspectiva más personal. En efecto, planteémosla de la siguiente manera:
Qué pasaría si una nave espacial de alguna Tierra distinta de la nuestra tomara una instantánea tan precisa que te retrate desde lejos hasta el momento en que llegue hasta ti. Imaginando que no hay sitio lo suficientemente oculto a su ojo avizor, el asunto es que te estaría mirando todo el tiempo y averiguando sobre lo que has estado siendo y haciendo segundo a segundo. La cuestión es crítica, de hecho, se han colocado desde hace tiempo cámaras sobre fieros animales de manera que su vida salvaje ya es de conocimiento rutinario, lo mismo que se pudiera hacer con alguien en particular.
Algo parecido, guardadas las proporciones, es lo que pudo haber acontecido con el seguimiento pormenorizado hecho a un expresidente de la república muy conocido.
“La imagen muestra un punto oscuro en medio de un fondo de estrellas distantes. En los próximos meses, el punto, que tiene la designación 2014 MU69, será más y más grande a medida que se aproxime New Horizons”.
De acuerdo con lo logrado por la Nasa lo que en algún momento fue un punto oscuro luego fue detectado con gran precisión de manera que hoy se sabe a ciencia cierta qué tan grande crecerá mientras más se acerca la nave que se posará sobre su otrora eteridad. Es decir, hablando con más rigor espacio temporal, lo que antes fue pasado estará siendo futuro tan pronto se cumplan las instancias necesarias y las trayectorias adecuadas. Enfoquemos mejor lo que adelanta la Nasa:
“Los cálculos indicaban originalmente que la nave espacial no podría detectar el objetivo de manera confiable hasta al menos mediados de septiembre”. Es decir, pudo ser un tiempo demasiado tardío.
El trabajo de los científicos desafió todos los pronósticos. ¿Cómo pudo haber realizado su hazaña a la vista de todos con un objeto tan elusivo que tenía todas las sombras que lo favorecieran? ¿Puso algo de su brillo la designación 2014 MU69 para poder ser detectado? Es indudable que pudo haber sido sorprendido merced a su propia suficiencia: se sintió tan lejano que se creyó intonsamente que desde ninguna parte podía ser avistado. Ahora nada puede hacer. Es evidente que los reflectores de la Nasa los tendrán bajo sus lupas.
El asunto nos podría permitir obtener algunas especulaciones sociobiológicas. Una de ellas podría surgir de abordar ciertas preguntas inquietantes, por ejemplo, ¿cómo podría eludir la designación 2014 MU69 ser descubierta, es decir, cómo evitar que su destino sea el que ya la Nasa ha avistado puesto que de allí no podrá dar un paso distinto sin que siga ratificando su ya estudiada posición? ¿De qué otras estructuras de ocultamiento, ¿celajes de polvo y nube?, podría valerse la designación 2014 MU69 para soslayar que se pose sobre su otrora inmaculado territorio la nave New Horizons de la Nasa?
Para dar una muestra de lo que se avecina, observemos qué tan cerca y precisa podría ser la Nasa:
“El 1 de enero, 33 minutos después cual pelota que cae en Times Square, la nave espacial se despla-zará dentro de 2,200 millas de MU69. Será la primera observación en primer plano de un pequeño objeto del cinturón de Kuiper, uno de los grupos de hielo y roca más allá de la órbita de Neptuno”.
De acuerdo con lo logrado por la Nasa traer con fotografías la situación de una supuesta “designación 2014 MU69”, que parecía difusa, aunque siempre ha estado allí a la vista de todos, haciendo alardes de encubrimiento lejano, plantea la posibilidad de que otras “designaciones” no menos evidentes puedan ser investigadas más pronto que temprano.
Para averiguar qué más puede traernos de sorpresas es bueno preguntarse qué es eso del cinturón de Kuiper que, de acuerdo siempre con la Nasa, es uno de los muchos “grupos de hielo y roca más allá de la órbita de Neptuno” que formaría lo que podría llamarse un primer anillo de protección de la “designación 2014 MU69”. ¿Qué tan sombreante puede ser la órbita de Neptuno? ¡Vaya a saberse!
Cualquiera que sea la composición de los sucesivos anillos de seguridad del cinturón de Kuiper, algo tiene claro la Nasa.
”MU69 es de curiosidad para los científicos planetarios porque se espera que sea todo lo contrario: pequeño, simple, inmutable. Casi prístino e inalterado desde el nacimiento del sistema solar hace 4.500 millones de años, proporcionará pistas de los primeros bloques de construcción que se fusionaron en planetas”.
Ignoro qué podría estar pasando en el seguimiento pormenorizado de un expresidente muy conocido acerca de ese otro asunto de los bloques, de construcción hacia planetas fusionados. ¿Qué quiere decir la Nasa?
Nota. Las citas son de Nasa’s New Horizons Spacecraft Takes First Picture of Distant Rock It Will Visit, aparecido en el Science Times de NYT, firmado por Kenneth Chang, que no conoce nada de nuestra situación nacional.
