Desde hace un tiempo he tenido muchas dudas sobre dos conceptos a partir de su significación y su materialización en la vida de los seres humanos: el amor y la muerte. ¿Cómo podríamos definirlos?, ¿cómo estos se materializan en los seres humanos?
Recuerdo que José Saramago en su libro Las intermitencias de la muerte entabla una conexión entre estos dos conceptos y su materialización, y los conjuga gestando una metáfora de cómo tienen más convergencias que divergencias. A partir de ello se forjó una duda en mi interior de por qué hablamos de ellos por separado y creemos muchas veces que tienen muy poco en común y me he puesto a analizar y he llegado a la conclusión de que estos dos conceptos al materializarse pueden llegar a tener más afinidad que discrepancias.
Y entonces ¿cómo los podemos definir? Es el amor el sentimiento de querer a otra persona, a tal punto de morir por esa persona o de matar a esa persona en vida; el filósofo Hegel en su libro La fenomenología del espíritu en un apartado narra algo a lo que le llama, la Dialéctica del Amo y el Eslavo, en donde nos dice que la historia comienza cuando se enfrentan dos deseos, dos conciencias, y que el deseo de los seres humanos es querer que el otro lo reconozca, lo idolatre, y que el deseo que ganará es el que no le tenga miedo a morir por conseguir su deseo y así dominar al otro y convertirlo en su esclavo.
Podemos entender que ese deseo de dominio es un deseo de querer, de sentir un sentimiento para dominar al otro, sin que el otro se aleje de su amo, estos postulados sirvieron para que más adelante Jean Paul Sartre utilizara la dialéctica del amo y el esclavo en su libro El ser y la nada y explicara que la conciencia que ama más, es dominada por la que ama menos, llegando a alienar al otro y enajenándolo de su vida, y una persona alienada y enajenada de su propia vida es una persona muerta en vida, gracias al amor.
En consecuencia, podemos analizar que estos dos conceptos han sido utilizados desde la literatura y la filosofía para explicar su conjunción y aplicación real a los individuos, pero entonces ¿el amor y la muerte cuando se relacionan son malos o son buenos? ¿es mejor amar y morir al mismo tiempo? o ¿no amar y existir reivindicando la vida? estas preguntas me recuerdan que en el diálogo El banquete de Platón cuando interviene Sócrates y trata de indagar sobre la naturaleza del amor, postula que el amor es poseer lo que deseamos, y entonces me lleva a pensar que se posee lo que es nuestro, lo que dominamos a partir de desearlo, pero ¿cómo querer a alguien a partir de poseerlo? y vuelve Sócrates y explica que el amor desea lo que no tiene, entonces ¿dominar es alimentar al amor, es darle lo que quiere? Pues me llama la atención cuando Sócrates habla con Diotima y ella le dice que el amor está entre las dos cosas, no es malo ni bueno, y tampoco es un dios, porque si no sería el más feliz de todos los dioses; finalmente, plantea que el amor solo desea.
Es así como creo que ese deseo lo lleva al dominar y matar al otro. ¿Qué es la muerte? La ausencia de la vida, un ciclo de la existencia, el momento en que la conciencia se apaga, el paso a la vida eterna en un campo etéreo con los dioses o con un dios, o vivir sin reivindicar la vida a cada existente, vivir sin ser visto, solo respirar y ser un esclavo más. Para mi análisis de los dos términos del amor y de la muerte me quedo con la última significación, basándome en la postura de la filosofía existencialista, y creo que la muerte no solo es desaparecer del estado de lo terrenal, sino algo peor: vivir sin existir, sin alimentar la vida, sin disfrutarla, sin ser feliz, y muchas veces el amar nos lleva a morir por ser dominados.
Es así como sigo en mi proceso de análisis y ahora me remonto al cine y como en uno de los fragmentos de la película El lado oscuro del corazón del director Eliseo Subiela, se da una conversación sobre la complejidad del amor y se hacen las siguientes preguntas ¿cómo amar sin poseer? y ¿cómo dejar que te quieran sin que te falte el aire? y los personajes responden: que amar es un pretexto para adueñarse del otro, para volverlo esclavo, para transformar su vida en tu vida, y en donde lo importante solo es la vida del que domina sin importar la vida del otro, y que el gran error está en querer que el otro sea como nosotros queremos que sea y no como es.
De esta forma, dentro del cine también se encuentra al amor como el factor de dominio y subyugación sobre el otro, siendo el amor el mayor asesino en vida de los seres humanos y la muerte siendo la patología inmaterial más peligrosa que existe. Es por eso que creo que el sociólogo Zygmunt Bauman, escribió en gran parte de su libro Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, cómo se han adaptado los seres humanos para no caer el juego del amor y de la muerte. Él nos describe cómo son las relaciones amorosas de la actualidad; en donde ya no existe una solidez, una seriedad, y en donde cada vez las relaciones son más fugaces, efímeras y banales.
Creo que esto se da a partir de que muchas personas han pasado por la muerte en vida, por ser dominadas, y también por vivir a costas del otro, por dominar y controlar al otro, llegando a que las personas ya no quieren enamorarse, no quieren tener una relación seria, tienen miedo al amor, por miedo a morir en vida, por miedo a sacrificar sus sueños por otra persona. Por ende, ya no existe un compromiso real y como postula Bauman el concepto de amor se ha ampliado a vislumbrarse como relaciones de una noche.
Más curioso cuando en mi análisis encuentro ese personaje que nos describe Bauman en la ópera y lo encuentro en la obra Don Giovanni de composición musical de Wolfgang Amadeus Mozart, y el libreto del italiano Lorenzo da Ponte basado en la obra de Antonio de Zamora (no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague o Convidado de piedra), ese Don Giovanni insatisfecho de la vida, apático a los sentimientos, que no le interesa los demás, solo el mismo. Aquí recordemos la película de Subiela, ese Don Giovanni que no le gusta expresar lo que siente, es un ser libertino, aquí podemos ver desde la ópera cómo se visibiliza el sujeto moderno que nos explica Bauman, en donde es preferible alejarse de los sentimientos, a sentirlos y morir por ellos.
En consecuencia, puedo determinar que los términos amor y muerte están más enlazados que nunca cuando los concebimos de manera metafórica y real, y que desde la literatura, la filosofía, el cine, la sociología y la ópera, entre otras disciplinas y artes se han puesto en la tarea de vislumbrarnos que amar y morir van de la mano y que la muerte puede estar precedida de amar, y que la peor enfermedad que existe es el amor, nos lleva a morir sin dejar de vivir, no quita la vida y nos hace idolatrar solo por desear y querer.
Hasta Gabriel García Márquez en su libro el Amor en los tiempos del cólera nos describe el amor como una enfermedad, en donde se manifiesta el amar con los mismos síntomas del cólera, ocasionando hasta la muerte cuando no se es amado. Para finalizar mi análisis llego a la conclusión de que dar un significado a esos dos conceptos es imposible, pero cuando queremos explicarlos a través de su materialización encontramos que se conjugan y que se convierten en herramientas de dominio y enajenación, y que si queremos amar sin dominar o enajenar debemos planear muy bien en pareja cómo amarnos y no cómo uno va a amar al otro. Es así como el amor y la muerte pueden ser enfermedad o alivio, muerte o existencia.