“Ya no sé que hacer
No sé con cual quedarme
Todas saben en la cama maltratarme
Me tienen bien, de sexo me tienen bien
Estoy enamorado de 4 babies
Siempre me dan lo que quiero
Chingan cuando yo les digo
Ninguna me pone pero
Dos son casadas
Hay una soltera
La otra medio psico
Y si no la llamo se desespera”
Cuatro babys… de Maluma
Confieso que me gusta la música, aunque no soy melómano ni jamás me ha seducido adquirir al costo que sea, la última producción de mi música o cantante favorito que haya salido al mercado. Siempre escucho música: Trabajando en mi PC, haciendo ejercicio en el gimnasio con mi iPhone, corriendo en el parque con mi iPod, inclusive, en la noche, al momento de irme a dormir con mi radio despertador. La música me ayuda a pensar, a escribir, a reflexionar, a tomar mejores decisiones. Me conecta con todo mi cuerpo, mi alma y mi corazón. Sin embargo, la música también me frustra, no la que yo escucho, sino la que escuchan mis hijos adolescentes y en general la juventud de hoy. La llaman erróneamente “música urbana”, popularmente perreo y los jóvenes se desviven por ella. El Reggaetón parece ser el más representativo de éste género que le canta a la mujer, no para exaltar su belleza y protagonismo vital, sino para denigrarla en su condición humana como objeto sexual. El reggaetón es un ultraje a la mujer.
Disfruto la música instrumental, orquestal, sinfónica, moderna, folclórica y electrónica, o mejor dicho, la música sin participación de la voz. No obstante, también me encantan algunos géneros de música vocal que le cantan al amor, a la vida, a la mujer como el ser más preciado del universo.
La otra noche que estuvimos departiendo en casa de un viejo amigo, me deleité de lo lindo escuchando música. Los mensajes de sus letras, mezclados con las notas eran un homenaje a la belleza y la vida en todo sentido. Alejandro, nuestro anfitrión melómano, empezó con un repertorio de boleros clásicos. Recuerdo a Armando Manzanero, con “esta tarde vi llover” y “adoro”; a Roberto Ledesma con “camino del puente” y “palabras en el cielo”; a Miltiño con “en un rincón del alma”; a Rolando Laserie con “hola soledad”; a Nelson Pinedo con “¿quién será?”; a Leo Marini con “señora bonita”; y otras más como “noche de ronda”, “bésame morenita”, “angustia”, “loco de amor”. Seguidamente alternó con más sabor, percusión y trompeta: La salsa. Recuerdo a Rubén Blades con “chica plástica” y “decisiones”; a Joe Arroyo con “rebelión”; Gilberto Santa Rosa con “un montón de estrellas”; Héctor Lavoe con “el cantante”; Juan Luis Guerra con “burbujas de amor”; la India con “vivir lo nuestro”; Oscar de León con “detalles”; Cheo Feliciano con “amada mía”, “a las seis”, “contigo a la distancia”, “los entierros”,……..y mucha más salsa de siempre.
Todas tenían un denominador común: le cantaban en su mayoría a la vida, al amor, a la mujer, exaltando su belleza en su máxima expresión.
No obstante, del reggaetón no puedo decir lo mismo. Su letra es inmoral. La escucho todas las mañanas cuando llevo a mi hijo menor de once al colegio. Apenas se sube al auto, él toma el control y la sintoniza. “papi, esta emisora es exclusivamente de reggaetón”- me dice.
De la investigación que realicé de éste género, concluyo que, es evidente que sus autores destacan vivencias que ocurren en la urbe, y la mayoría de ellos provienen de los estratos más humildes. Es un género “joven” que nació como una nueva forma de vivir la urbanidad, enfrentarla y reaccionar a lo convencional. Es un ritmo pegajoso que atrapa, tiene estribillos que se repiten y son fáciles de recordar; sus voces son modificadas usando para esto como medio, las nuevas tecnologías de la revolución informática, parodiando las voces de seres robotizados espaciales.
Platón decía que “la música es para el alma lo que la gimnasia es para el cuerpo”. Es un placer estético que causa efectos en el bienestar físico y espiritual, e influye en el pensamiento humano. En el pasado, los griegos utilizaban la música para aliviar el dolor. En cambio a mí, el reggaetón me produce dolor, dolor de pena ajena por el maltrato que da a la mujer. Sus actores involucrados – compositores, cantantes y medios de comunicación – son los responsables directos de la denigración a toda costa del pudor de la mujer, calificándola como objeto sexual del gran hombre macho machote que la utiliza.
¿Por qué se vende hoy éste género como pan caliente? ¿Qué hacen los creadores para lograr que los jóvenes lo acaparen de manera irreflexible? No lo sé. Sin embargo, la realidad es que ésta de moda, y a la juventud le gusta estar actualizada.
¿Y Quién podría regular esto?, probablemente el ministerio de la cultura, o el ministerio de educación, o quizás nadie legalmente, porque estaría coartando el derecho constitucional de todos, a la libertad, al libre desarrollo de la personalidad y expresión. Bajo ésta premisa, han salido también otros estilos tradicionales como las rancheras, el vallenato, la carrilera, o la salsa erótica, con algunos ejemplares que contienen letras violentas y machistas contra la dignidad humana y particularmente contra la honra de la mujer. No obstante, el problema social de hoy es el reggaetón, está de moda y a los jóvenes los seduce.
No creo que la solución sea la prohibición, porque por naturaleza humana lo prohibido es lo apetecido. Pienso que desde los colegios, debería fomentarse el espacio para la discusión y controversia. Lo preocupante es que, en nuestros centros educativos básicos, parece que éste tema no es relevante y es ignorado.
Y si hoy, la juventud está privilegiando el reggaetón, sin importarle un bledo el mensaje que contiene su letra, es porque algo no anda bien y si las canciones son un retrato de la sociedad…….que podemos esperar?.
@caospinop