En ocasiones quisiéramos desentendernos del mundo y de lo que nos rodea, parecería ser la mejor opción. Cuando no nos sentimos bien, limitamos nuestra perspectiva y nos centramos en lo no deseado. Tiendes a buscar el sufrimiento porque el ser humano es así, si no somos víctimas, somos jueces de los demás pero pocas veces nos arriesgamos a ir más allá y percibir la vida de otra manera. Queremos sentir, queremos conectar con aquello que nos gusta y queremos transformar ese momento para pasar de una catarsis a un momento sublime el cual nos permita elevar nuestro nivel energético.
La música entra en acción. Los ritmos y los beats nos llevan a sentir una serie de sensaciones mágicas que conectan de forma majestuosa con nuestros sentidos. Una conexión con algo más allá de lo que se pueda describir. Los recuerdos van surgiendo y se entremezclan, llevándonos a tiempos pasados, rememorando situaciones vividas o incluso creando ilusiones deseadas. Nuestro cuerpo siente un cosquilleo, nos sentimos libres y capaces de todo lo que pueda pasar. Se crean endorfinas en nuestro organismo que nos permiten sentirnos más felices. Todo parece una paradoja en un mundo paralelo. ¿Estabas malhumorado y ahora más feliz? ¿Las letras de las canciones nos calman? Las conexiones emocionales que vivimos en el proceso de escuchar música son simplemente sublimes. Impactante, desorbitante e increíble son adjetivos que definen la magia de la música.
Al momento de escuchar música no estamos escuchando una letra, estamos viviendo una experiencia. Las palabras dejan de ser palabras y se transforman en conceptos. Todo empieza a tomar una forma trascendental que nos limitamos a describir con frases. Es vivir el ahora a través de ritmos. Escuchar música es dejar el agobiante mundo del afán y los problemas y pasar a disfrutar de la vida, eso que a veces olvidamos que es finito. Cada persona vive su propia experiencia subjetiva, cada persona diseña su estado. No hay un límite ni un final, como dijo Abraham Lincoln: “Al final no son los años en tu vida lo que cuenta es la vida en tus años”. La incertidumbre está presente pero este momento lo determinas tú. Oye lo que quieres escuchar.