Durante mucho tiempo se creyó que la multiorgasmia era privilegio exclusivo del sexo femenino, sin embargo, recientes investigaciones demuestran lo contrario. En efecto, hay hombres –pocos- que al igual que las mujeres, son capaces de tener más de un orgasmo en la misma relación sexual. Un estudio al respecto, realizado por científicos estadounidenses estudió el comportamiento de 21 hombres multiorgásmicos encontrando que algunos de esos individuos han tenido tal habilidad desde siempre, mientras que otros la alcanzaron en determinados momentos de la vida.
Normalmente se cree que orgasmo va de la mano con la erección y la eyaculación. Todo ello, a su vez, con el período refractario, que tiene lugar inmediatamente después que esto sucede, momento en el cual se pierde la erección por cierto tiempo –que varía según la edad- antes de poder alcanzar otra erección. Para poder hablar de multiorgasmia masculina, es clave separar dichos conceptos -orgasmo, erección, eyaculación y período refractario- es decir hay que entender son independientes y no tienen por qué estar ligados el uno del otro. En ese orden de ideas, se puede hablar de orgasmo sin eyaculación como también de eyaculación sin orgasmo, o de cualquiera de estos dos bien sea sin erección o sin período refractario.
El sexo tántrico coincide con la separación de dichos conceptos. Lo tántricos entienden al semen como “el elíxir de la vida”, por lo cual, no debería expulsarse sino retenerse puesto que cuando esto sucede, se pierde energía. En efecto, cuando un hombre tiene orgasmos sin eyaculación, no hay período refractario y podrá sostener la relación sexual sin problema alguno. Los orgasmos sin eyaculación son posibles debido a que si bien es cierto que durante la eyaculación se producen una serie de contracciones musculares alrededor de la zona genital, estas no constituyen la esencia del orgasmo, pues aunque es cierto que se siente con mayor intensidad en dicha zona, se trata de un fenómeno fisiológico que abarca todo el cuerpo.
El orgasmo en seco –como también se le conoce- es muy común en prácticas sexuales de oriente, asociado a técnicas de yoga que consisten en ejercicios de relajación, respiración y demás, enfocadas a fortalecer el músculo pubocoxígeo ubicado en el piso de la zona pélvica, responsable directo de la eyaculación. Los ejercicios de Kegel también están asociados al control de dicho músculo.
Sin embargo, hay evidencia científica que contradice la afirmación tántrica que asocia semen con energía vital, comprobando que la eyaculación frecuente tiene beneficios para la salud, previniendo inclusive el cáncer de próstata.
Ilustración: Sebastián Fissore
Teniendo claro lo anterior, en el caso de la multiorgasmia masculina debemos saber que es un fenómeno que puede darse de muchas formas, pero en todas ellas el común denominador siempre será la ausencia del período refractario. Por lo cual, para dominar tan anhelada habilidad hay que centrarse más que en la supresión de la eyaculación –como lo hace el sexo tántrico o demás disciplinas de oriente-, en la eliminación del período refractivo, que es el verdadero obstáculo de la multiorgasmia masculina. En ese orden de ideas, nos remitiríamos a un concepto aún más complejo y raro; la multieyaculación.
Como queda demostrado, la multiorgasmia masculina es algo que está al alcance de cualquiera, técnicas para dominarla abundan por la web –sexo tántrico, ejercicios de Kegel, taoísmo, yoga, etc-. Sin embargo, hay un punto en común entre todas las teorías alrededor del sexo, se trata del hecho de que cada individuo es único y nadie además de él mismo, puede entender mejor su funcionamiento por lo cual la mejor herramienta para acercarse al pleno goce de la sexualidad, no es otra diferente al conocimiento de sí mismo.
-¿Puede un hombre ser multiorgásmico?
-Hombres multiorgásmicos: Una especie rara, pero existe
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