La ministra Gloria Inés Ramírez, militante del Partido Comunista, se ha rodeado en el Ministerio del Trabajo de funcionarias nada afines políticamente a ella como es el caso de Luz Ángela Martínez Bravo, a quien nombró en un puesto clave: directora de Inspección, Vigilancia y Control, que finalmente es la directora de los directores con dominio sobre las regionales en todo el país.
Las ocupaciones de la Ministra de cara al trámite de las reformas pensional y laboral, claves para el gobierno Petro, le han dejado libre el espacio para que Martínez mande con un poder que ha ido creciendo y de manera bastante discrecional. El manejo equivocado de la huelga de los empleados del Ministerio que sigue sin resolverse se le atribuye a ella, quien no ha sabido interactuar con los sindicatos y ha tenido desde el comienzo la intención de romperla propiciando divisiones, lejos de un camino de diálogo y de solución de conflictos.
La abogada Luz Ángela Martínez ha tenido todo tipo de cargos en el sector público y en gobiernos completamente disimiles en sus 30 años de experiencia. Ha trabajado en el gobierno de Uribe, en el de Santos y hasta en la Alcaldía de Gustavo Petro como subsecretaria de Servicios para la Movilidad de la Secretaría Distrital de Movilidad, de donde salió con una sanción de tres meses por parte de la Procuraduría por ejercer presiones indebidas a miembros de la Policía de Tránsito de Bogotá para que incrementaran el número de comparendos que imponían diariamente. Debió enfrentar denuncias por extralimitación de funciones y acoso laboral en la misma subsecretaria.
Una huelga que aún no encuentra solución a la vista
Lleva semanas viajando por el país intentando deshacer o dividir la huelga convocada por los sindicatos el pasado 31 de mayo y que la Ministra se comprometió respetar. Pero según denuncias de los trabajadores, el rol de la abogada Martínez ha sido confuso, dando la orden a los directores territoriales de reportar el personal en huelga para no pagar a aquellos que se encontraban ejerciendo el activismo sindical interno.
Los trabajadores y trabajadoras no iniciaron la huelga para entorpecer las reformas, que apoyan en lo fundamental, sino para intentar frenar los despidos que llegaron en cadena y solicitar nivelar los salarios, equivalentes con los de otras entidades estatales. Un conflicto en el que el rol de la directora Martínez, una mano dura poco llamada a encontrar en el dialogo como camino de solución, poco ha ayudado a resolver a pesar del gran poder que tiene en todas las oficinas territoriales.
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