Al ver la mujer maravilla queda una respuesta positiva, es una buena película de guerra y una buena película de superhéroes, superheroína en este caso (así Word me diga que la palabra no existe). La directora Patty Jenkins maneja un gran ritmo entre la construcción del personaje y las escenas de acción que nutren la trama y hacen mover la historia, no es una serie de escenas de acción inconexas (ver Batman vs Superman, Matrix 2, y cualquiera de DC hasta el momento).
Sin embargo, aunque la película está bien lograda presenta algunas fallas en evidenciar ciertas formas de machismo, claramente no el obvio. Sí, una mujer puede luchar e ir a la guerra, esa conversación ya la tuvimos. Es hora de entrar a profundidad en los roles de género socialmente asignados. La mujer maravilla hace un muy buen trabajo evidenciando el drama multicultural y humano de la guerra y los horrores de las armas químicas, lastimosamente cae en la fetichización de la mujer como la única a la que le importan los niños y las familias dentro de este drama. Posteriormente, la película desperdicia momentos claves para manejar la ironía como arma en contra del machismo y del lenguaje excluyente. Además, el guion omite e ignora los comentarios machistas dados durante toda las película.
Finalmente, vemos cómo Hollywood empieza a entender que las mujeres también pueden ser superheroínas, claramente sin pagarles lo mismo, ni con la misma participación dentro los guiones, y mucho menos que su aparición tenga motivos o temas erótico-afectivos conexos o subyacentes. Aun así la Mujer Maravilla es un triunfo cinematográfico, porque aunque vagamente pone a la mujer en un lugar de poder (así sea blanca y cisgénero) está siendo un éxito taquillero.