Irina Shayk es una mujer que viene de la nada, literalmente hablando. Yemanzhelinsk es una pequeña ciudad al sur de Rusia, a tres horas de vuelo desde Moscú en la frontera con Kazajstán. Se encuentra ubicada en la parte asiática del país y no más de 30 mil habitantes viven ahí. En palabras más castizas se trata de un pueblo en plena Siberia Rusa, una zona dónde técnicamente no vive nadie –el 77% de la población vive en la parte europea del país-, ni pasa nada por lo que pensar que de ahí podría salir una de las mujeres más hermosas del mundo era improbable hace 29 años, cuando en efecto sucedió, un 6 de enero de 1986.
Su nombre real no es menos complicado de pronunciar de lo que es el de su ciudad natal; Irina Valeryevna Shaykhlislamova es la menor de dos hijas, nacidas de una madre pianista que ejercía como profesora de música en un colegio cuyo mayor anhelo era que su hija le siguiera los pasos, por lo cual la niña estuvo nueve años en una escuela de música. El padre era un minero que murió de neumonía cuando la joven tenía 14 años, siendo ésta la razón que llevó a la mamá a conseguir dos trabajos simultáneos para darle de comer a las niñas. Hasta ese punto Irina tenía como plan de vida estudiar marketing alejada de cualquier pasarela o cámara pues el modelaje no estaba ni en la más remota de sus aspiraciones, ni sabía que existía.
Un buen día se mudan a una ciudad más grande, en dónde la hermana mayor quien siempre estuvo interesada por temas de belleza decide acudir a una academia de este tipo. Irina la acompaña y se roba todas las miradas, le sugieren participar en el concurso local Miss Cheliabinsk el cual gana sin mayor esfuerzo en 2004, y con 19 años en 2005 ya estaba en París incursionando en el aquel, para ella, desconocido mundo de la moda. Llegó a una edad tardía si tenemos en cuenta que las grandes modelos inician su carrera en promedio desde los 15 años. De ahí en adelante vinieron solamente éxitos. En 2007 la revista Sports Illustrated la incluyó en su especial de vestidos de baño, pero no fue sino hasta 2011 cuando fue portada del mismo especial, lo cual viene siendo algo así como el “Balón de oro del modelaje” pues la afortunada mujer que tenga tan distinguido honor automáticamente se posiciona como una de las mejores a nivel mundial en su oficio. “Cuando mi mamá vio la portada empezó a llorar y llamó a mi hermana, que también lloró y me llamó a mí, y pues lloramos las tres porque uno hace las fotos y sabe que va a estar en la revista pero no en la portada”.
Claro está, para ese entonces Irina ya tenía cualquier cantidad de campañas, editoriales, desfiles y demás trabajos que le valían reconocimiento en la industria. Sin embargo, la mayor parte de su reconocimiento provenía del noviazgo con Cristiano Ronaldo, relación que se la debe a la marca Armani, la primera en visualizarlos como pareja y así lo hizo para una campaña publicitaria en 2010, cuando se conocieron e iniciaron un intenso noviazgo. A Irina poco o nada le gustaba hablar de su relación y cada vez que la llevaban como invitada especial a algún programa sorteaba las preguntas al respecto de forma muy inteligente, siempre sin parecer antipática haciendo gala de su sentido del humor. Así sucedió con David Letterman a quien dijo “Pues vengo de Rusia, tenemos la KGB, el espionaje ruso y todo eso… Los rusos preferimos guardar nuestros secretos y ten cuidado porque tú sabes mucho”.
Aunque dicho episodio fue una broma y puede parecer un guion de película de James Bond, la rusa lleva el espionaje y el cuidado con la información implícito en la sangre. Galiya Shaykhlislamova, abuela paterna de la modelo, fue una agente secreta quien trabajaba para el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial ayudando a identificar campamentos nazis para posteriormente combatirlos. “Si a mi nieta le hubieran encomendado la misma misión, hubiera podido cumplirla igual que yo porque es muy valiente”, aseguró la abuela que prefirió vivir modestamente con su pensión vitalicia en un apartamento a aceptar las comodidades que le ofrecía su nieta pues consideraba no necesitarlas. Hasta finales de 2013 la abuela Galiya fue la única conexión de Irina con su fallecido padre pues murió a sus 89 años, acompañada por su nieta quien desvió su apretada agenda de compromisos por el mundo para estar con ella hasta el último momento.
Si bien la abuela vivía modestamente, Irina por su parte cobra una cifra equivalente a algo más de 13 millones de pesos colombianos por desfile y sus ganancias le permitieron comprar un apartamento de dos millones de dólares en el exclusivo sector de West Village en Nueva York hace ya cinco años. Se trata de una mujer sumamente organizada con sus finanzas, devota del ahorro y prefiere invertir sus ganancias en bienes raíces porque considera que ésta es la manera más acertada para cuidar su dinero, contrario al riesgo que le representaría hacerlo en la bolsa de valores. No en vano tiene un patrimonio neto alrededor de unos ocho millones de dólares.
Por su fenotipo suele pasar por latina o italiana y atribuye esto a los genes de su padre “Mi padre era tártaro y los tártaros pueden pasar por latinos (…) Los ojos los heredé de mi madre rusa”. La brasilera Adriana Lima recuerda que en alguna ocasión fue perseguida por una multitud mientras le gritaban ¡Irina, Irina! pues el parecido entre ambas ha confundido a más de uno. Aunque la rusa nunca llevó las alas que la brasilera tiene en Victoria´s Secret, el año que Miranda Kerr colgó las suyas, entonces Irina recibió la propuesta de ser uno de los angelitos de la marca y aunque la rechazó, si hizo algunas campañas en reemplazo de Miranda.
Por medio de un inglés teñido con un fuerte acento ruso cuenta que el principal secreto de belleza no es otro sino mantenerse alejada del sol, que hace ejercicio pero no se obsesiona con la alimentación, y su figura se debe más a la genética que a cualquier otra cosa porque es adicta a las hamburguesas y los nuggets de pollo.
No sabemos por qué dejó a Cristiano Ronaldo pero nos queda claro que tampoco lo necesita para brillar por sí sola y después de cinco años, ni los millones, ni el atractivo, ni el nombre, ni la fama del futbolista fueron suficientes para retenerla a su lado. Se rumora que la relación estaba cimentada más en una estrategia de marketing que en auténtica pasión y que por eso mismo el actor Dwayne Jhonson “The Rock” pudo haber sido una de las causas del fin de la misma. De sus planes a futuro solamente se sabe que quiere incursionar en el mundo de la actuación como hizo en la película Hércules el año pasado, de ahí en adelante ni ella misma tiene certeza de lo que irá a pasar “La vida es corta, es una experiencia diaria. Me gusta pensar en el futuro, pero me concentro en el día a día. ¿Quién sabe dónde estaré dentro de 10 años?”.
Por @enriquecart
