La cadena de la corrupción en el departamento de Sucre no para de causar dolor a sus habitantes. Nuestros políticos, encerrados en dudosas ONG, corporaciones, asociaciones o entidades sin ánimo de lucro, aprovechan la indolencia del Estado y sus dirigentes para contratar obras que no se ejecutan y sus dineros invertidos con desfachatez, en campañas políticas de sus aliados, o en el peor de los casos de los mismos dueños de esas entidades. Y desafortunadamente nos toca referirnos a la trágica noticia que sacude al país y al mundo, cuando este fatídico martes 9 de febrero, tres humildes niños perdieron la vida tras quedar atrapados en una vivienda que se incendió en la madrugada, en el corregimiento El Coley, municipio Los Palmitos, en el departamento de Sucre. Allí perdieron la vida Iris Hernández Aguas, de 11 años, Josué, de 7 años, y Juan, de 4. La jovencita Iris, trató de salvar a sus hermanitos ingresando a la vivienda en llamas, pero su esfuerzo fue en vano y los tres perecieron calcinados, abrazaditos, en camino al cielo. La madre de los niños, Diana Isabel Aguas Requena, logró evacuar a sus dos nietos mellizos de 10 años, sufriendo quemaduras de primer grado.
¿Y qué tiene que ver la muerte de estos niños con la corrupción? La historia puede ser una más de las tragicomedias de nuestro país corrupto, empecinados en viscerales discusiones de nuestros dirigentes para llevarse la gloria de sucesos como el del proceso de paz y dejando a un lado la miseria y el hambre de nuestros conciudadanos y otros en la oscuridad, contratando y birlando nuestros recursos. Por tal razón, cuando el alcalde de los Palmitos Sucre, Fredy Rivera, dio declaraciones a la prensa, donde aseveró que esta humilde familia había sido beneficiada por el Banco Agrario, con un auxilio para vivienda de interés social y que esas viviendas debían haberse construido hace ya rato por ASOPROAGROS --una de esas asociaciones que contratan en la oscuridad --se descubrió que esa entidad es una Organización no gubernamental, dedicada a la formulación, gestión, ejecución y evaluación de proyectos sociales, económicos y ambientales. Su dirección es Carrera 16 No. 23-29, Calle Cruz de Colorado Sincelejo Sucre y su representante legal es Grisely Peña Álvarez.
En el certificado de existencia y representación legal entregado a la suscrita por el jefe jurídico de la Cámara de Comercio de Sincelejo, certifica, “que mediante acta de febrero 16 de 1995, se inscribe en la gobernación de Sucre bajo el #0378 de Marzo 5/96, la entidad sin ánimo de lucro, ASOCIACIÓN DE PRODUCTORES CAMPESINOS AGROINDUSTRIALES DE SUCRE “ASOPROAGROS”, cuyo primer presidente es el señor MAXIMO CALDERON CALIZ con cc 92.507.857.
Revisado los libros de egresos de la tesorería del departamento de Sucre, correspondientes al año 2015, se encontró que esta entidad había recibido mediante orden 0501090101, con GP-00000002125 al GP-00000002158, 34 cheques por sumas que desbordan los SIETE MIL MILLONES DE PESOS, para construcción, entre otras cosas, de vivienda rural.
Al observar que el señor MAXIMO CALDERON CALIZ, es actualmente Diputado a la Asamblea por el partido de la U en el departamento, seguimos investigando y se descubrió, en certificado que nos entrega la misma cámara de comercio, que mediante acta del 20011/03/30, se nombra un nuevo órgano directivo que recae en el señor BERTEL VERGARA MARCO FIDEL, pero por ninguna parte aparece la carta de renuncia como miembro de ASOPROAGROS del diputado en mención. Quiere esto decir que en plena campaña electoral recibió dineros del estado, no renunció a la entidad y tampoco efectuaron las CONSTRUCCIÓN de las viviendas rural, que si se hubiese ejecutado, hoy esos tres angelitos con su familia, estuviesen, no en la casa de palma y bahareque que los incineró, sino en una vivienda digna como la que merecemos todos los Colombianos. Esa es la maldita corrupción. ¿Y el Estado? ¿Y sus órganos de control?