El 12 de julio, faltando un día para cumplirse 40 jornadas de paro de camioneros en Colombia, se presentó la lamentable muerte de un joven en la ciudad de Duitama. De inmediato, periodistas aficionados subieron imágenes del hecho.
Algunas fuentes indican que el joven venía a pie por la carretera, después de salir de su trabajo en una empresa de carrocerías en la zona industrial de ese municipio. Al llegar al casco urbano se encontró entre las refriegas que había entre camioneros y los policías del ESMAD, por un bloqueo que había frente a la planta de Postobón.
Los medios anotan que la Policía estudia la versión sobre la manipulación de explosivos por parte del difunto. Esa versión no es del todo descabellada porque se han dado otros casos de personas que han resultado muertos o heridos por participar en protestas haciendo uso de explosivos. Por lo general, en estos accidentes se da la amputación o heridas profundas en las manos, dado que el accidentado intenta hacer uso de esos artefactos contra la fuerza pública.
En este caso, hay pruebas que rondan por las redes sociales y que por su claridad permiten determinar la extensión y el tipo de heridas sufridas por esta persona. Las imágenes muestran que algún explosivo abrió el cráneo y expulsó la masa encefálica del occiso, causándole sin duda una muerte inmediata.
Si la victima hubiese estado manejando una papa bomba o un explosivo similar, este hubiese causado heridas en las manos que la sostuviesen, lo cual no sucedió con esta persona: en algunas fotos se ven alternadamente la mano izquierda o derecha sin que presenten heridas concordantes con la explosión que hirió la cabeza.
Es claro que algo explotó sobre la cara de esta persona y le causó la muerte. Versiones de testigos dicen que agentes del ESMAD lanzaron una granada aturdidora sobre la humanidad del joven, granadas que tienen suficiente poder para mutilar extremidades y para causar un daño como el que se ve en las imágenes.
Sin duda que medicina legal debe determinar la causa de la muerte, pero hay pruebas más que suficientes para descartar que la víctima causase su propia muerte por manipulación de explosivos. Las heridas y los testimonios parecen inculpar al cuerpo del ESMAD por el mal uso de estos elementos en teoría “no letales” que pueden causar muertes como esta.
Este caso, es un llamado a que se haga seguimiento al uso de los elementos de dotación del ESMAD que, en teoría, deberían servir para controlar disturbios, pero que algunos agentes usan de manera que causan heridas y muertes, las cuales, desde todo punto de vista, resultan injustificadas y en franca violación de los derechos humanos.
Sin importar si uno está a favor o en contra del paro de camioneros, uno no puede dejar pasar las claras pruebas que significan esas imágenes y hacer caso omiso a un crimen. Este caso no puede quedar impune.