Luis Fernando Campos era un empresario de 42 años dedicado al sector de tecnologías de la información. El 25 de agosto del 2014, llegó de Querétaro en México a hacer negocios a Bogotá y se instaló en la habitación número 23 ubicada en el piso 11 del exclusivo hotel del Club el Nogal. Dos meses antes de su visita a Colombia había conseguido el trabajo de sus sueños, se convirtió en Director de Tecnología de la compañía azteca Wingu Networks. El 25 de agosto salió rumbo a Bogotá pero no contaba con que ese día sería la última vez que su esposa y sus hijos lo verían con vida.
La noche que llegó a la capital fue recibido por un socio del club. Cuando se instaló en su habitación se dispuso a bajar al restaurante del club para cenar, una hora después regresó a la habitación 23. Al día siguiente no asistió a la cita de trabajo la cual era la razón de su visita al país. Aunque la recepción llamó a su habitación, no obtuvo respuesta, lo que llevó a que guardias de seguridad entrarán a la habitación para verificar que todo se encontraba en orden.
Luis Fernando yacía en la cama, inconsciente, trataron de reanimarlo y fue trasladado de urgencias a la Clínica del Country. No se sabía con exactitud si se trataba de una intoxicación, de un paro cardíaco o si la altura había afectado a su salud. Horas después de que lo lograrán estabilizar, le dieron de alta, al llegar al Nogal pidió a la habitación un caldo, una bebida hidratante y un té caliente.
El 27 de septiembre en la mañana fue encontrado muerto en su habitación. El Club Nogal no se pronunció sobre lo sucedido a Luis Fernando solo quedaron interrogantes y rumores alrededor de su muerte que dieron paso a una ardua pelea entre los socios del recinto. La versión que empezó a circular fue que el empresario había fallecido a causa de una fuga de gas en su habitación. A su vez, las necropsia indicó que había muerto intoxicado por inhalar gas carbono mientras dormía.
A pesar de las pruebas, estas no fueron suficientes y el Club Nogal siguió callando lo sucedido. Algunos socios en desacuerdo con la situación renunciaron por el mal manejo que se le había dado a la información en donde existía omisión y encubrimiento de detalles clave para la investigación. La familia Campos desde Querétaro emprendió una larga batalla legal contra el club que logró revelar lo que pasó en la habitación 23 aquel 27 de septiembre del 2014.
Gracias al testimonio de Jorge Vicente Guzmán, propietario del mantenimiento de las calderas del club, la verdad salió a la luz. El Club actuó con negligencia pues era consciente de que los ductos requerían de mantenimiento pero debido al alto costo de reparación y que debían cerrar el hotel durante un mes si lo hacía, optaron por no hacerlo. También se destapó que el club no tenía vigente el mantenimiento de las calderas lo que causaba que se quemará el combustible de manera no adecuada y el gas que se emitía fuera contaminante y perjudicial. Aunque el señor Guzmán advirtió al Nogal que se debía reparar el ducto, este las evidentes anomalías que se presentaban.
El 8 de septiembre del 2020, un juez declaró responsables civil al Club el Nogal por la muerte de Luis Fernando, hasta el momento se deberá pagar una suma de 65 millones de pesos a su hermana. Sin embargo, Gustavo Argülleo, abogado defensor, estableció que en la demanda civil se pretende que el club pague un millón de dólares pues el empresario era el sustento de sus padres, su esposa e hijos.
A pesar de las numerosas evidencias en su contra, el Club El Nogal sigue sin aceptar la responsabilidad que le pesa por la muerte de Luis Fernando Campos.
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