El vallenato nunca se recuperará de la muerte del acordeonero más talentoso de los últimos 30 años pero el vacío más grande que dejó fue en su familia. Juancho Rois llevaba 33 días de casado con su amor eterno, la monteriana Jenny Dereix, cuando perdió la vida en un accidente en una avioneta. Jenny estaba embarazada del primer hijo de la pareja a quien llamarían Juan Humberto, en honor a su padre.
Jenny conoció al acordeonero de Diomedes Díaz en Bogotá, vivieron dos años de un idilio de amor. A la bella joven no le importó que su familia fuera rica y sus padres no estuvieran de acuerdo con la relación pues Juancho y ella pertenecieran a diferentes clases sociales. Pero eso no importó, decididos a ser felices, la pareja se casó. Jenny estaba acostumbraba a que su esposo viajara constantemente por trabajo, en uno de sus viajes con rumbo a Venezuela, Juancho la llamaría por última vez, le dijo que al día siguiente la vería y que la amaba.
Pero ese día nunca llegó, la siguiente llamada que recibiría Jenny Dereix sería la de un hospital diciéndole que Juancho había fallecido en un trágico accidente. Nunca nada volvió a ser igual, todavía le duele la pérdida de Juancho como el primer día. Jenny rehízo su vida, tuvo otro hijo, pero el duelo continúa, su hijo es la viva estampa de su padre y le recuerda cada día la falta que les hace.