A mí no me causó mayor sorpresa la volada de Aída Merlano, lo que sí me hubiese dejado estupefacto es que abriera la boca sin esperar beneficios, prendiera el ventilador para destapar la ya conocida compra de votos en la Costa Caribe y que delatara de una buena vez a los clanes que allí tienen en esta práctica, su forma de acceder al poder.
La escena de la escapada desde un consultorio odontológico es una “muela picha” dentro de una “dentadura putrefacta” donde se pueden ver involucrados personal del sitio y los del Inpec, entre muchos otros que hacen parte de este teatro de la corrupción.
Personalmente era mejor que se quedara entre rejas, porque afuera le pueden aplicar la “cianuroterapia” a semejante dama de la sociedad barranquillera que debe conocer muchos secretos.
Nuevamente se pone en tela de juicio a la justicia colombiana, porque a esta detenida le bajaron el grado de “peligrosidad” lo que conllevó a disminuir su número de personal de custodia. Y no se sabe si hubo un entramado de irregularidades que deja muy mal parado nuevamente al Instituto Penitenciario, y la verdad acá no debe rodar solamente la cabeza de la funcionaria a la que se le voló en su propia cara o como en este caso que declararon insubsistente a la directora del centro de reclusión.
Para resaltar, la excongresista conservadora en otrora tuvo como centro de operaciones una “casa blanca”, en la capital del Atlántico, que de diáfana no tenía nada porque desde allí, ¿ustedes se imaginan cuánto se negociaría?, porque el descubrimiento de dineros y armas no se me hace insólito tampoco, es normal en este país que durante los procesos electorales muchas sedes políticas, no son eso y para nada son ágoras del conocimiento, del debate, ni de la prospección positiva de los territorios; y más bien, se convirtieron en ollas para el cómo voy yo ahí (CVY), para la repartija de la burocracia y la logística para cometer delitos al votante.
El caso de Merlano nuevamente deja en entredicho los valores “conservadores” de la supuesta rectitud, este asunto es fiel reflejo de esa parte de la sociedad doblemoralista que presentan una cara de transparencia de dientes para afuera, pero que en su interior están inoculados de corrupción.
Otros ejemplos “dignos”
No se puede esperar menos de una parte de esta población que se jactan de honestos y presentan informes a la comunidad internacional con fotos “descontextualizadas” como lo hizo el presidente Duque ante la ONU y lo único que respondió es que este error es una anécdota. Y tan sólo hasta el momento le costó el puesto a un militar de inteligencia, cuando los responsables son muchos, esto es una cadena de pifias, en la cual deben asumir varios su responsabilidad hasta llegar al expositor final quien dio a conocer el documento.
Un jefe de Estado, un hombre de “bien”, de “familia”, que esconde su incapacidad, culpando a Maduro de muchas de las desgracias que ocurren en Colombia. Qué mal ejemplo está dando. Así como me lo publicó este medio hace pocos días.
Esos mismos “conservadores” que dicen que cometen errores pero no delitos, que lo importante es que no robó dinero, que no es delito que le den subsidios a los ricos como si Colombia fuese Suiza, o de otros que están o estuvieron en el Sisben, como si no tuvieran recursos para acceder a seguridad social y otros beneficios.
Finalmente, antes de que me tilden de mamerto y castrochavista, pues les comento que lo de la volada de Santrich, también fue algo muy negativo, que tampoco me sorprendió viniendo de una persona que está involucrada en actos delincuenciales.