Hace 23 años, en un colegio en distrital, siendo un colegio de monjas, llegó a vivirse ciertos actos que estuvieron entre el irrespeto, acto sexual abusivo, acoso y violación.
Contaré la historia para que no se vuelva a repetir. Hoy en día la educación sexual de los estudiantes no da a basto, pero este tipo de actos se siguen repitiendo porque la educación es deficiente y no hay nadie que solucione diciendo: "para, basta ya".
Un chico, en compañía de sus compañeritos cómplices, se iba al baño en horas de recreo, y una menor de edad, a quien llamaban "Perris", le gustaba hacer toda clase de vejámenes con ellos. Y los chicos se quedaron callados, ni siquiera denunciaron lo que hizo esa mujer; fue tan desastroso que un día la profesora se había dado cuenta y la expulsaron del colegio por violadora; mientras tanto, las niñas, siendo todas entre los 14 y 16 años, quedaban embarazadas y las monjas atónitas no podían verlas en pintura.
Un profesor mío decía que estas niñas no hay que decirles señoritas, sino señoras porque el futuro de ellas se les acabó. Siendo madres jóvenes y solteras, no pudieron terminar el bachiller. Por otro lado, los padres de familia quedaban aterrados: decían que si denunciaban, iban detrás de ellas para prostituirlas.
Ese colegio se acabó hace 21 años por este caso y he visto a más de una exalumna amargada, acabada, unas casadas y otras no. Lo mismo pasó con este chico, que por culpa de ese vejamen tiene miedo de conseguir novia, casarse y realizar su vida. Él tiene ahora 41 años, nunca fue al psicólogo ni denunció. Él fue monaguillo, le gustaba ayudar a la parroquia, pero un día dejó la parroquia por irse a trabajar para mantener a sus padres. Eso está muy bien, es un chico sano, inteligente, bondadoso, pero abusaron de la confianza y lo engañaron, sabía que este bullying iba a dejar traumas y dolores de cabeza.
Como participaba poco y era la niña tímida de la clase, yo creo que me iban a hacer esta jugada. Pero mi madre se enteró de estos casos cuando había reuniones pedagógicas y me alertó, gracias a Dios no caí en las garras de esa chica, de lo contrario me hubiera amargado más y no hubiera salido adelante.
Ese año yo quería retirarme de ese colegio medio pelo, que solo iba a paros y debido a los bajos resultados en el ICFES que presentaban los mismos estudiantes nadie pasaba para entrar a la universidad; yo iba a validar el bachiller por ayudarles a mis padres y tener un mejor proyecto de vida. Y así lo hice: con 40 años soy emprendedora y pienso hacer confección (costura) para distribuirla tanto en Colombia como en otros países. Y pedagoga con la democracia, esforzándome más en estudio y aprendiendo sobre la vida cotidiana.
El consejo que les doy a los padres de familia es que denuncien para que caiga todo el peso de la ley sobre los abusadores, y den cadena perpetua a quienes se aprovechan de los menores para burlarse y reírse, haciendo que ellos no salgan adelante ni continúen con una vida sana.
Hoy en día esa madam está haciendo de las suyas por envidia y tirria. Por favor, los invito a que denuncien cuantas veces sea necesario hasta meterlas a la cárcel, lo mismo pasa con los hombres.
No es hora de callar... Denuncie ahora.