La marcha del 19 de septiembre en Medellín, no obstante los cálculos conservadores de algunos analistas, abre nuevos aires para el movimiento popular y democrático en la capital de la montaña, pues ratifica con claridad que las corrientes que defienden las reformas, el Gobierno del Presidente Petro y la denuncia del golpe de Estado y de las amenazas de muerte contra el primer mandatario, están más vivas que nunca, y han entrado en una nueva correlación de fuerzas en calidad y cantidad.
Al decir de gente con autoridad que siempre ha estado al pie de la trinchera de la movilización de los trabajadores, pues esta del 19 de setiembre no se había visto nunca en la capital de la montaña, con un desfile de unas 15 cuadras del Parque de Las Luces en La Alpujarra, hasta el Parque de Los Deseos, (Parque de la Resistencia), constituyendo una de las manifestaciones más nutridas que se hayan visto en los últimos años en el hoy Distrito de ciencia, tecnología e innovación, tal vez igualada pero nunca superada por la del 21 de noviembre de 2021 cuando se dio origen al “Estallido Social”, que propició la victoria democrática en las elecciones presidenciales de 2022.
Lo más importante del hecho político es que la onda expansiva del movimiento ciudadano se fue propagando y cubriendo a su paso, a diferentes sectores sociales que antes estaban sumidos en el caos y la desesperanza, atosigados por la propaganda amarilla de los medios de comunicación del establecimiento, pero que el 19 despertaron a una nueva realidad política en Medellín, el Área Metropolitana y en el Departamento de Antioquia.
De las elecciones de octubre de 2023 para concejos, asambleas, JAL, alcaldes y gobernador, a la marcha del 19 de septiembre de 2024, ha habido un cambio muy importante en calidad y cantidad del movimiento democrático y popular, pues ha cambiado el estado de ánimo de los sectores llamados progresistas que están a favor de las reformas, por los cambios democráticos, en defensa del Gobierno del Presidente Petro, contra el golpe de Estado y de las denuncias de los planes de asesinato del Presidente de la República, transformación que se ha manifestado en el entusiasmo y en el compromiso participativo de la gente en la marcha, sobre todo en Medellín, con todo el peso y el significado político que tiene la capital y su respectiva Área Metropolitana.
El desfile de miles y miles de personas a lo largo de 15 cuadras ha cambiado la tendencia a la inmovilidad por la participación y movilización activa de los ciudadanos que están ratificando con esta actitud una nueva correlación de fuerzas en la coyuntura política del momento.
Parece ser que el discurso del Presidente en la Asamblea Nacional Popular del 14 y 15 de septiembre en Bogotá, con una asistencia de más 7 mil personas, llamando a defender la reforma pensional y los cambios democráticos cambió el estado de ánimo de la gente en el país y sobre todo en la capital de Antioquia, sobre todo con las denuncias sobre los planes que están tejiendo las “fuerzas oscuras” para asesinar al Presidente.
Según versiones de algunos conocedores y participantes en las marchas y movilizaciones durante muchos años en Medellín, el vacío y la ausencia más notable en la marcha del 19 fue la de los partidos el PH y de las juventudes universitarios, lo que de ser cierta esta afirmación, está diciendo que esta ausencia fue colmada con la presencia de las organizaciones sociales y la participación de la ciudadanía y del común y corriente de la gente, de los pensionados, trabajadores, hombres, mujeres y jóvenes que se movilizaron en defensa de la reforma pensional, por los cambios, la defensa de la vida y de la democracia.
Este cambio de calidad y cantidad en el estado de ánimo de los ciudadanos y de los trabajadores, especialmente en Medellín y en el Área Metropolitana, con la participación activa y entusiasta de miles de personas es esencial en el análisis y evaluación de la marcha del 19 de septiembre para poder ubicar al movimiento popular en la actual correlación de fuerzas con plena certeza y con la mayor objetividad.
Este debe ser el principal análisis y caracterización que tenemos que hacer en las direcciones del PH, si queremos sacar adelante, en consecuencia, las tareas y el trabajo de unidad, organización, movilización y concientización de los sectores democráticos en los municipios y en las regiones, para poder estar bien ubicados y posicionados en la coyuntura política nacional y regional.
Es el momento pues de emprender el trabajo del PH como partido-movimiento unitario para empezar la conformación de las coordinadoras municipales, especialmente en las cabeceras municipales de los principales departamentos del país: Cundinamarca, Antioquia, Valle, Atlántico, Santander
Lo más interesante es conservar este estado de ánimo de la gente afecta al gobierno y a los cambios quienes ya han empezado a tener conciencia de la necesidad de participar activamente como sujeto político de las reformas y transformaciones que hemos venido realizando en medio de los obstáculos y contradicciones propias de las grandes transformaciones democráticas hacia las elecciones de 2026.
Lo esencial es que las direcciones del Partido –Movimiento PH, tengan claridad y conciencia del cambio de calidad del movimiento popular, tendencia que está en ascenso y a la ofensiva y que tienen que seguir manejando la iniciativa como sujeto político de los cambios democráticos y de la unidad popular; a tener claridad y conciencia de la nueva calidad del movimiento popular y del momento que estamos viviendo como sujeto político de masas del constituyente primario.
Esta nueva tendencia real y objetiva, no se puede dejar escapar como agua entre los dedos, sino que tenemos que aprovecharla para encarnarla, organizarla, movilizarla y concientizarla a través de las coordinadoras municipales del PH para impulsar las reformas programáticas, consolidar la unidad y avanzar con la segunda etapa de la apertura democrática en 2026.
Es la orientación esencial que debemos sacar de la movilización del 19 de septiembre, si queremos darle forma al instrumento político de masas que necesita el pueblo colombiano para poder hacer las transformaciones estructurales y asegurar los cambios que permitan la paz, la unid y la democracia.
Para maña es tarde estructurar un equipo unitario del PH de la coordinadora nacional (Polo, PCC, CH, UP) que son los partidos que están comprometidos con este proyecto de unidad, para que se desplace por los departamentos del país, ayudando a estructurar y organizar las coordinadoras municipales para el cambio y la unidad popular, la paz, y la democracia, empoderando al constituyente primario como sujeto político activo de las transformaciones democráticas.
Octubre y noviembre deben de estar dedicados a preparar las coordinadoras municipales con una estrategia: desarrollar la segunda parte del programa democrático ganando el gobierno y el congreso en las elecciones de 2026; una táctica: aprovechas la ofensiva y la iniciativa del movimiento popular para ganar las reformas y el gobierno en 2026 a través de las coordinadoras municipales; una línea política de masas; y una política de alianzas de clases, amplia y democrática, mediante el Frente Amplio en el 2025, hacia las elecciones de 2026.
Esperamos que con la intervención del Presidente Petro en la ONU el jueves 26 de septiembre se agite mucho más el estado de ánimo y la participación popular para volver a medir fuerzas el 21 de noviembre día de la celebración del “Estallido Social” en 2019, explosión insurreccional que le abrió la puerta la victoria presidencial del movimiento popular en el 2022.
Con el presidente dando línea a nivel nacional e internacional, con los congresistas progresistas en el legislativo impulsando las reformas, con el gobierno implementado los cambios para el pueblo, y con el PH organizando las coordinadoras municipales. He aquí nuestra estrategia y nuestra táctica: Lucha de masas, partido-movimiento unitario Pacto Histórico, Frente Amplio y nada de aventuras.