Como lo dicta el protocolo, cuando los expresidentes asisten a una ceremonia como el sepelio de Belisario Betancur deben sentarse juntos y en el orden de sus mandatos. Sin embargo, Álvaro Uribe logró romper con la tradición y cambió la disposición de las sillas. De un lado, quedaron los expresidentes Ernesto Samper y Juan Manuel Santos, y separados por un pasillo, del otro lado ubicaron a César Gaviria, Iván Duque y él. Con este trino, Samper dejó en evidencia la movida de Uribe, quien no quería estar junto a su contrincante político Santos, pero sí junto a su pupilo el presidente Duque.