Al interior del ICBF ha venido creciendo y difundiéndose una gran inconformidad con la nueva administración. Todo inicia con el nombramiento del señor Juan Carlos Urrutia como subdirector de la entidad.
Se asegura que su presencia es percibida como la perpetuación del Uribismo en el control de la entidad, pues él es el papá de María Alejandra Urrutia, quien trabajara en la UTL de Álvaro Uribe Vélez y que es señalada de ser una pieza clave en el robo a los recursos de la Paz (OCAD-PAZ), pues era la mano derecha de Luis Alberto Rodríguez, anterior director del DNP.
Es que Juan Carlos Urrutia es muy cercano a Luis Alberto Rodríguez, el pollo -como es conocido en Valledupar. Tan así que, durante la administración del pollo Rodríguez, la hermana de Urrutia, recibió un contrato por 500 millones de pesos de parte de la Agencia Enterritorio.
Esto ya está empezando a calar en un sector importante del Pacto Histórico, como por ejemplo las asociaciones del Cauca (CRIC ) sintiendo que este caballo de troya Uribista afecta una bandera importante como lo son los derechos y la protección de los niños, niñas y adolescentes.
El señor Juan Carlos Urrutia actúa y ordena como gran jefe, por encima de la misma directora Concha Baracaldo. Las decisiones, la orientación y las instrucciones nacen únicamente de las manos de este señor y del secretario general José Parrada.
Uribismo adentro del Petrismo, pago de favores por afinidad, inoperancia y sensación de una entidad relegada a un papel secundario, son los señalamientos. Luís Alberto el pollo Rodríguez continúa siendo muy poderoso y -aparentemente- por ende el Uribismo en la entidad.