Con bombos y platillos se presentó la propuesta de ampliación y mejoramiento del Aeropuerto El Dorado, un proyecto clave para la conectividad de Bogotá y su área metropolitana. La decisión de fortalecer la infraestructura existente se dio tras la negativa de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) de aprobar la construcción de El Dorado II, que estaba proyectado entre Madrid y Facatativá. Ante esta situación, la modernización del aeropuerto actual es una medida necesaria y urgente.
Sin embargo, esta expansión debe ir de la mano con mejoras en la movilidad Ciudad-Region. Es preocupante que en la planificación de este megaproyecto no hayan participado activamente actores fundamentales como el Gobernador de Cundinamarca, el Gerente de la Empresa Férrea de Cundinamarca responsable del Regiotram y el Alcalde de Bogotá. La conectividad terrestre y ferroviaria es esencial para garantizar el éxito del aeropuerto y evitar un colapso en el acceso al mismo.
El Regiotram: una deuda pendiente
Uno de los puntos más críticos es la ausencia de avances en el ramal del Regiotram que debería conectar el aeropuerto con el centro de Bogotá y la región. Si bien este tramo ha enfrentado problemas técnicos y financieros, es inadmisible que el principal aeropuerto de Colombia y uno de los más importantes de Sudamérica no cuente con una conexión férrea eficiente.
Infraestructura vial: el otro gran vacío
Además del tren, varias vías clave para la movilidad del aeropuerto siguen con un avance muy lento:
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Avenida Mutis (Calle 63): Es fundamental acelerar su extensión desde Engativá hasta Funza. Mientras se define la licitación de la obra, se debe priorizar la construcción de un puente sobre el río Bogotá que permita la conexión con la Perimetral de Funza y con los parques industriales de la zona, como Terrapuerto.
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Avenida La Esperanza (Calle 24): Urge su ampliación a doble calzada desde la Carrera 103 hasta la Carrera 128 (Calle 13) y su conexion con la perimetral de Funza, garantizando que incluya el ramal del Regiotram. Sin esta obra, la expansión del aeropuerto solo agravará los problemas de movilidad en la zona dado que el megaproyecto Distrito Aeroportuario avanza muy lento.
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Perimetral de Funza: Se debe ampliar y mejorar desde la Calle 13 hasta la Calle 80. Actualmente, el tramo entre el Parque La Florida y el Parque Industrial Soko (en la Autopista Medellín-Bogotá) es un desastre vial que necesita intervención urgente que permita una movilidad planeada alrededor del aeropuerto,
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Avenida Longitudinal de Occidente (ALO): La creación de esta vía entre la Calle 80 y la Calle 13 es urgente. Ya sabemos que el tramo sur, entre la Calle 13 y Soacha, está prácticamente perdido en trámites y dilaciones. Pero no se puede permitir que toda la ALO siga en el limbo mientras el aeropuerto crece y se agrave la movilidad en sus alrededores.
El aeropuerto avanza, su entorno no
El aeropuerto está modernizando su infraestructura sin esperar la burocracia política de Bogotá y Cundinamarca, pero su entorno sigue en un avance muy lento. Sin estas obras viales y ferroviarias, la expansión de El Dorado no será suficiente y podría convertirse en un problema en lugar de una solución.
Es momento de que el Distrito, la Región y el Aeropuerto trabajen juntos para ejecutar estas obras y evitar que el principal aeropuerto del país termine atrapado en una zona relegada y desconectada.
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