El pueblo chino está enfrascado en impulsar la modernización china y explorar sus posibilidades. Sin embargo, en el mundo la modernización no supone lindos recuerdos para todos. Así que se nos ocurre la pregunta, ¿la modernización implicaría necesariamente la expansión e incluso fricciones y conflictos? Como el único país del mundo que ha consagrado su compromiso de “seguir el camino del desarrollo pacífico” en la Constitución, China ha dado su clara respuesta: China materializará la modernización mediante el desarrollo pacífico. Y eso no es nada por desdeñar. A continuación, le explicamos el porqué.
Expresión natural de los genes pacíficos
Sustento material. Al igual que la maya, la inca, la egipcia y otras antiguas civilizaciones, la civilización china es una originada a base de la agricultura. Su ubicación en las entrañas del vasto continente ha dado cuerpo, con el largo transcurrir del tiempo, a una estructura económica autoabastecida. Durante miles de años, los chinos no necesitan más que su propia laboriosidad y resiliencia para acomodarse a lo que les da la naturaleza. Estas condiciones objetivas han venido forjando su idiosincrasia pacifista.
Identidad cultural. Desde la visión de los gobernantes por la convivencia pacífica entre las naciones, al afán de la gente corriente por “hacer negocios en un ambiente amistoso”, e incluso en El Arte de la Guerra, obra bien valorada por los estrategas militares de los diversos países, se destaca: “El buen estratega somete las fuerzas enemigas sin combatirlas”. La cultura de la paz se ha integrado en todos los aspectos de la sociedad china.
Contexto histórico. La Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por el Presidente Xi Jinping tiene sus raíces en la antigua Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda. Su apertura y florecimiento coincidían justamente con las dinastías Han y Tang, cuando la sociedad feudal de China alcanzaba su pleno esplendor. En lugar de buscar expansión del territorio, estas rutas eran para intercambios y comunicaciones. Cuando Zheng He realizaba sus siete expediciones al Occidente, China tenía una economía en posición de liderazgo a nivel mundial, y contaba con la fuerza material para construir la flota más grande del mundo. China tenía un PIB que representaba el 40% del mundial y podía fabricar la flota más grande del mundo. Aún en estas condiciones, China, en vez de recurrir al engaño y la usurpación, no hacía más que el comercio leal, trayendo a los países que pasaba la porcelana y el té, en vez de “la espada y la cruz”.
Necesidad real de la modernización china
En el camino del desarrollo pacífico, China nunca ha provocado ninguna guerra, ni invadido un ápice de las tierras ajenas. Tras la fundación de la Nueva China, el país ha tomado la iniciativa de proponer los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica y los han venido practicando activamente. China es el mayor contribuyente de personal para el mantenimiento de la paz entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, y el único de los cinco Estados poseedores de armas nucleares que se ha comprometido a no ser el primero en utilizarlas.
Para China, seguir el camino del desarrollo pacífico es la mejor opción para asegurar sus intereses nacionales en las situaciones reales. China está promoviendo integralmente la gran revitalización de la nación china con la modernización china. La clave para alcanzar este objetivo ambicioso es justamente abordar bien sus propios asuntos y centrarse en el desarrollo doméstico, para darles una vida mejor a todos y cada uno de los chinos. En este sentido, la paz y la estabilidad dentro y más allá de sus fronteras se hacen más que imprescindibles.
Dadas sus dotaciones de desarrollo y la interdependencia entre todos los países del mundo, el abandono de este camino tiene la peor relación calidad-precio. Por un lado, China tiene un megamercado de más de 1,400 millones de habitantes, de los cuales más de 400 millones son de renta media. Con ello, China se ha convertido en el principal socio comercial de más de 140 países y regiones, y ostenta un enorme potencial en términos de consumo y exportación. A eso hay que sumar el gran dinamismo desatado por su desarrollo propulsado por la innovación, su sistema industrial e infraestructural completo, así como las marcadas ventajas y el inmenso potencial de sus industrias de alta tecnología como los vehículos de nuevas energías, el 5G y la energía fotovoltaica. Por otro lado, ya profundamente integrada en los sistemas internacionales, China ha alcanzado, en medio de la globalización, un desarrollo extraordinario en beneficio de todo el mundo. En palabras del Presidente Xi Jinping: “La humanidad es una comunidad de futuro compartido en que los beneficios y perjuicios de uno son para todos”.
Significado para el mundo
Desde la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz en la II Cumbre de la CELAC, hasta la declaración sobre la reafirmación del mantenimiento de la Zona Libre de Armas Nucleares del Sudeste Asiático en la Reunión de Cancilleres del Foro Regional de la ASEAN; y desde la Declaración de Jeddah sobre el reforzamiento de la unidad y la cooperación entre los países árabes en la Cumbre de la Liga de los Estados Árabes, al objetivo de la Agenda 2063 de la Unión Africana: Una Nueva África en 50 Años de Integración Regional, Paz y Prosperidad, la paz siempre ha sido el anhelo común de la absoluta mayoría de los países y pueblos del mundo.
Como el segundo país más poblado y la segunda economía del mundo, China materializa su desarrollo nacional mediante el despliegue de su dinámica endógena y el uso pacífico de los recursos externos, y lo hace prestando apoyo y ayuda a los países en desarrollo en la medida de sus posibilidades, sin oprimir a otros pueblos ni saquear sus recursos o riquezas de ninguna forma. La modernización china, que sigue el camino del desarrollo pacífico, arrojará una nueva luz de esperanza para todos los pueblos que anhelan la paz y el desarrollo, y aportará mayor fuerza a la paz, la tranquilidad, la prosperidad y el desarrollo del planeta.