A la muchacha la encontró otro universitario a las 7: 30 de la mañana del 18 de diciembre en uno de los pasillos en el bloque B de la sede centro de la Universidad del Atlántico. Se llamaba Madelayne Sofia Ortega Villa y estudiaba primer semestre de Derecho. En la noche previa habría participado de una fiesta y en el fragor de ésta, alguien empujó desde el segundo piso. En ese momento la Universidad se mantenía cerrada por el paro nacional en el que participaba. La joven de 17 años participaba con entusiasmo de las actividades diarias que dejaba la asamblea permanente. La situación de la Universidad ha sido crítica e incluso se ha convertido en escenarios como el de Carlos Prasca, exrector, quien se fue de la Institución en medio de un escándalo de abuso sexual y corrupción.
La joven, quien había caído a las cinco de la mañana, todavía estaba viva cuando la encontró un alumno de la misma Universidad. Sin pensarlo los muchachos alteraron la escena de la tragedia cuando decidieron levantarla, ponerla en una camilla y la dejaron en las afueras de la universidad para evitar que las autoridades entraran a la Universidad. Cuando la ambulancia llegó al hospital San Diego de Barranquilla ya no tenía signos vitales. Las fiestas de fin de año opacaron la noticia. Los rumores de que los estudiantes que se habían tomado la universidad organizaron una fiesta se esparcían por todo Barranqulla. El papá de Madeleyne, Roberto Ortega, descartó cualquier posibilidad de suicidio y advirtió que las heridas no correspondían a la caída. "Ahí hay algo en el trasfondo y junto a la Fiscalía espero aclarar el hecho". Además, el confuso testimonio de los estudiantes sobre la caída, había prendido las alarmas de las autoridades.
Casi un mes después el misterio empieza a resolverse. Este 15 de enero Medicina Legal entregó sus estudios y determinaron que, la versión que Madeleyne habría tomado drogas la noche de su muerte, era falsa y que su muerte había sido “violenta a determinar”. La joven Madeleyne había asistido a terapias familiares por “problemas personales”. En ninguno de los reportes médicos aparece diagnosticada como depresiva. Además están las marcas de dedos que Medicina Legal encontró en su cuerpo. La sospecha de un asesinato ha retumbado sobre todo por la actitud de los estudiantes. En su afán por no perder la autonomía dentro de la Universidad impidieron que el Cuerpo Técnico de Investigación que buscaba resolver el misterio. Lo único que saben es que al lado del lugar donde fue encontrado el cuerpo de Madeleyne se encontraron vidrios de botellas rotas y una vara de metal ensangrentada. Aún no se revela los nombres de los estudiantes que estarían implicados pero el misterio y la indignación, crecen en Barranquilla.
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