En la encuesta de Invamer publicada el día de hoy, Petro barre en la intención de voto y por primera vez le gana a Fajardo en la segunda vuelta. Parte de esta disparada se debe a la reforma tributaria presentada por el gobierno, reforma inoportuna y que muestra una profunda desconexión con la realidad. La clase media fue el sector más damnificado por la pandemia; el trabajador independiente, el freelancer, el artista, el comerciante informal.
También son los que menos ayudas han recibido, ya que estas se centraron en la inaplazable necesidad de proteger a los más vulnerables, al tejido empresarial y financiero. Mientras esto pasa, la clase media languidece. Todo gobierno debe propender por hacer crecer su clase media, buscando que cada vez más personas salgan de la pobreza, poner en este momento el peso de la reforma en ella no solo es infame, sino que la reducirá de forma significativa destruyendo el lento progreso alcanzado en los últimos 20 años.
En este momento le quedan pocas opciones a la reforma:
1. Que se logre sacar adelante en el congreso, lo que solo se logrará con cantidades inconmensurables de mermelada.
2. Que el congreso, legislando con la mirada puesta en las próximas elecciones, la modifique de forma substancial manteniendo el paquete social y reduciendo el recaudo, lo cual dejará al gobierno aún más desfinanciado.
3. Que como consecuencia de lo anterior el gobierno no la firme.
4. Que el Congreso la tumbe.
5. Que el gobierno retire el proyecto. En cualquier caso, será una estruendosa derrota para el gobierno.
Se sabe que después de la pandemia se va a volver a manifestar el descontento social latente, las marchas y protestas van a ser aprovechadas por diversos actores de cara a las elecciones de 2022, lo que no nos imaginábamos es que los principales argumentos y municiones para esta protesta los iba a dar el mismo gobierno.
No se entiende qué impulsó al gobierno a presentar este esperpento, si fue una inmensa torpeza o si por el contrario retrata de cuerpo entero su esquema mental, su concepción de progreso, justicia social e igualdad. Si la reforma era inaplazable (seríamos el único país en esa situación), se debió haber presentado una reforma estructural y haber acogido, así fuera de manera parcial, las recomendaciones de la Comisión de Expertos creada para este fin. Se debió haber sopesado cuidadosamente si en la situación actual es más peligrosa una rebaja de la nota de las calificadoras de riesgo que una detención abrupta de la recuperación económica (que ni siquiera ha comenzado), unida a un descontento social que podría tornarse violento.
Petro sabe que debe ganar en la primera vuelta, si no lo consigue se puede repetir la historia de las pasadas elecciones y lo sucedido en Ecuador. Cada vez está más cerca de lograrlo con la inesperada ayuda del gobierno que le está allanando el camino.