De manera soterrada la ministra Yaneht Giha pesó fuertemente en la salida de César Ocampo para asegurar que su reemplazo fuera alguien de su confianza como Alejandro Olaya, quien había sido su subdirector con ella en la dirección. La movida contó con el apoyo del secretario general de presidencia, Alfonso Prada, quien se encargó de darle el puntillazo final a Ocampo, aprovechando el desprestigio de su protector político Mauricio Lizcano.
El plan de Giha es otro. Desde hace meses está cocinando, en contravía de los exdirectores de Colciencias y de la comunidad académica, la idea de convertirlo en un apéndice del Ministerio de Educación: un viceministerio. La ministra nunca ha perdido sus vínculos con Colciencias, de donde pasó a la cartera de educación y ha querido seguir mandando a la distancia, para lo cual Alejandro Oyuela le es muy funcional.