El profesor Jaime Arias, un conocedor del tema de la minería en el mundo y en Colombia, explica en esta conversación con Juan Manuel Ospina la nueva realidad minera de Colombia: las multinacionales del carbón como Prodeco de propiedad de la Suiza Glencore ya se están yendo del país y otras se preparan para hacerlo por la caída del precio internacional del mineral. No hay un horizonte de recuperación porque el carbón forma parte de una generación de energía contaminante que el mundo ya rechaza.
¿Está preparada Colombia para este golpe? ¿Qué va a pasar en regiones como La Guajira y Cesar que llevan más de cuarenta años años viviendo de las regalías del carbón. Conversación con Juan Manuel Ospina.
Juan Manuel Ospina: Jaime Arias un gran conocedor del tema de la minería y en especial en Colombia tiene mucho que decir. Que van dejando décadas y décadas de extracción. La minería finalmente, ¿es la salvación o una maldición?
Jaime Arias: Actualmente es un tema bisagra desde el punto de vista social y económico. Lo primero que hay que aclarar es que en Colombia existe una diversidad de modelos mineros, que va desde la gran minería de empresas multinacionales pasando por una mediana minería más o menos estable de distintos tipos de minerales -oro y carbón-, hasta la pequeña minería de subsistencia. Cada una de estas con su propia problemática.
La gran minería está en el Cesar y La Guajira con una función exportadora. El 95% del carbón térmico se produce ahí y en esto marca la manera como se debe abordar el tema.
JMO: Hay otras zonas mineras,. en Amagá, en Santander, en Boyacá, que no es de exportación.
J.A: Esta es una minería más histórica y de relacionamiento con las comunidades que nació con el desarrollo de los ferrocarriles. Es la pequeña minería de Antioquia, de Sardinata en Santander que estaba destinada a mercados locales y de ahí que su planificación debería ser más estratégica. Una minería que se articula a los procesos productivos, a la matriz energética.
J.M.O: Esa era la fuente de energía para nuestra industria. ¿Hay diferencias con el impacto ambiental entre esa pequeña minería y la grande? ¿Es comparable?
J.A. La gran minería de carbón se desarrolla a cielo abierto lo que genera impactos ambientales muy importantes que requieren unos planes muy estrictos para recuperar esos territorios después de la extracción. La otra es subterránea, más dispersa y no tienen capacidad económica para hacer el cierre minero y son tierras que terminan abandonadas.
J.M.O: Lo que uno entiende es que esa minería de las grandes multinacionales, la del Cesar y de la Guajira es la que está de salida.
J.A: La tendencia a nivel global es hacia el cierre de la industria del carbón y yo creo que la cuestión es preguntarse por los tiempos, cuánto se tomar ese cierre minero. La disminución en la producción de carbón está determinada por los precios internacionales. Hay tendencia a la reducción. La actividad minera debe planificar su cierre porque es la extracción de un recurso no renovable. El estado colombiano debe estar pendiente de cuál va a ser la reconvención.
J.M.O: El cierre minero es una realidad. Según te entiendo, es un cierre no porque se haya agotado el mineral sino por razones de mercado. Viene la pregunta ¿el cierre va a implicar que la parte de ese recurso que no ha sido extraído va a permanecer en el subsuelo? ¿Qué podría pasar?
J.A: El Estado está obligado a prepararse para que en estas regiones no se den crisis laborales ni económicas, generar unos tiempos y unos recursos para enfrentar la situación. Ese modelo de cierre tendría que pensarse considerando el rol y la participación del Estado. Es necesario calcular las reservas geológicas, que pueden llegar a los 6 mil millones de toneladas, lo que quiere decir es que al subsuelo no se le ha extraído toda su riqueza y que habría formas alternativas para su explotación.
J.M.O: Podríamos regresar al origen de la gran minería en la Guajira y Cesar que estaba en manos del Estado, y que una empresa gubernamental se encargara de la extracción para que no se interrumpiera la salida gradual del mercado y así ir generando alternativas
J.A: Ese podría ser un modelo muy interesante porque el Estado tendría la capacidad de hacer competitivo ese carbón, lo cual sería difícil con el actual modelo. Tendria que haber una planeación que llevar a reducir la cantidad de frentes mineros actuales y eso solo puede lograrse con una acción de gobierno.
J.M.O: ¿Y que va a pasar en las regiones donde estaba la gran minería de cielo abierto?
J.A: Esta gran minería del carbón en Colombia tiene una deuda con los territorios en el sentido de que no logró configurar unos modelos de desarrollos territoriales potenciados por la potencia económica de la actividad minera.
Allí hay una falla estructural en la planificación de los recursos no renovables. Y se presenta precisamente este escenario en la fase de cierre cuando tendría que darse ese ajuste a la deuda con los territorios y que no se hizo en el momento de mayor bonanza de la actividad minera.
El estado tiene que ser muy novedosos y ágil y no puede seguir condicionado al esquema del pasado en el que incluso había unas clases políticos regionales que se beneficiaban de esta riqueza y un relativo bienestar por el ingreso de los trabajadores pero que definitivamente ya es asunto del pasado. Cuando se entra en crisis, hay que repensar el modelo.
J.M.O: Interesante este cierre porque además abre caminos de reflexión para enfrentar de otra manera los nuevos yacimientos que empiezan a aparecer, incluidos los del oro, en los que no se pueden reproducir los errores del pasado y lograr una extracción que no sea depredadora.