Agua Bonita, nombre de una vereda del municipio de Silvania (Cundinamarca) con uno de los pocos bosques de niebla que aún sobreviven en el planeta, el que flanquea el páramo de Sumapaz –el más grande del mundo–, puede pasar a ser cosa del pasado por las acciones irracionales del capital.
Y así puede ser porque, contra toda lógica natural, ambiental, industrial, económica y humana, le aprobaron licencia de explotación de arenas y arcillas en los cerros ubicados en esta vereda a una empresa de nombre Cemin. Explotación que ahora cubre 1,6 hectáreas y que ya permite ver sus huellas desde muchos lugares del municipio. ¿Cómo será cuando cubran todas las hectáreas autorizadas para ello?
La Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) a través de la Resolución 0041 de 2014 concesionó licencia para explotar treinta y nueve hectáreas por 30 años prorrogables por igual cantidad de años. Según sus cálculos, cada año extraerían 250.000 m3 (toneladas) de material, que para hacernos a una imagen del volumen que representa equivalen a 41.000 volquetas de 6 m3, 114 por día.
La herida que rompe este ecosistema, ya afecta el agua, la flora y la fauna que por allí transcurren y de la cual dependen el ecosistema maestro del páramo, y la vida de nuestro planeta madre. De proseguir la explotación, "nos dejaría sin montaña", dice con tristeza don Guillermo Solórzano, campesino de 75 años.
Temores
Para doña Judith Cerón, vecina de la mina, ya es común pasar las noches en vela. Las lluvias torrenciales, que en épocas mejores le alegraban por las bondades que traían para sus pastos y cultivos, ahora la atormentan. Ya ocurrieron dos derrumbes que la condujeron al pánico, que aumenta con las noticias sobre el colapso de minas en distintos lugares del país, cobrando la vida de decenas de personas.
La mina de Agua Bonita está ubicada en una franja de bosque de niebla, cabecera de la microcuenca del río Chocho, y hace parte de un sistema hídrico fundamental para el abastecimiento de agua de más de 2.000 personas de Silvania. Por eso el Plan de Ordenamiento Territorial de este municipio (Acuerdo 022 de 2000), establece que la zona donde está ubicada la mina es de protección por recarga hídrica y tiene prohibido cualquier tipo de explotación minera.
No en vano ese lugar fue declarado como zona de interés prioritario, según el Instituto Alexander Von Humboldt, dada su alta diversidad en flora y fauna y la presencia de varias especies endémicas.
—Está contra toda lógica instalar una explotación minera en la cabecera de una cuenca con la abundancia hidrológica de Agua Bonita, sobre todo en un contexto de cambio climático y calentamiento global como el actual, cuando las zonas de bosque son fundamentales para nuestra adaptación al panorama que ya vivimos— afirma la ingeniera forestal Lina Echavarría, habitante de la región.
Voz reafirmada con énfasis por otra pobladora de esta parte del municipio. —Escogí ésta montaña por la abundancia de agua, pensando en el futuro de mi hijo, pero veo con gran preocupación que nuestra mayor riqueza está en riesgo, sin que la comunidad ni las autoridades se manifiesten— afirma Sandra Reyes, reconocida actriz de televisión quien también tiene su finca en la zona.
–Frente a esta situación es fundamental que los presidentes de las Juntas de Acción Comunal convoquen a asamblea para definir la posición de la comunidad ante la mina, y no decidan unos pocos el futuro de todos –dice Edwin Muñoz, de la vereda Victoria Baja, Las Lajas. Hasta el momento la empresa Cemin S.A solo se ha reunido con los presidentes de las Juntas de Acción Comunal, pero el grueso de la comunidad desconoce los acuerdos.
Cemin también deberá solucionar una larga lista de obligaciones de la licencia ambiental que Agregados Agua Bonita no cumplió, como el Plan de Manejo Ambiental, el programa de manejo y salvamento de flora y fauna entre otras, a pesar de que ha explotado la cantera durante 3 años. —Revisando con minucia los expedientes se comprueba con preocupación la existencia de muchas irregularidades en el otorgamiento de la licencia, frente a los incumplimientos del Plan de Manejo y la actitud permisiva de las autoridades de control que podrían desencadenar en acciones legales contra la Anla, el municipio y contra la empresa— dice Paola Tinoco, abogada y vecina de la mina.
En la montaña donde se encuentra la mina, están solicitando otras 4.500 hectáreas para explotación de materiales de construcción y arenas de sílice. Y como si fuera poco, la zona también hace parte del bloque COR 4, de extracción de petróleo de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). Realidad que no pasa desapercibida para uno de sus pobladores: —Es prioritario generar una alternativa a la explotación minera y de hidrocarburos, la cual viene en aumento en el territorio, pese a que esta es una región con vocación agroforestal y ecoturística— agrega Edwin Muñoz.
Por ahora, luego de varios derrumbes en la mina, que inclusive obligaron al cierre en 2017 durante varios días de la vía Sibaté-Fusagasugá, y de los referendos contra la minería llevados a cabo en municipios vecinos, en Silvania crece la expectativa ante una posible movilización ciudadana que detenga tanto esta mina, como las otras amenazas que rondan estas montañas bendecidas por el agua.
Del despegue de esta movilización y de su éxito depende que en algunos años a la vereda Agua Bonita no haya que cambiarle el nombre.