Por decir lo menos, las últimas semanas de Claro Colombia han sido turbulentas y todo se lo deben a las multas impuestas por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), en cabeza de María del Socorro Pimienta.
La empresa de telecomunicaciones del millonario mexicano Carlos Slim no había terminado de justificarse después de recibir una sanción por publicidad engañosa que superaba los $ 730 millones cuando recibió otra por casi el doble del valor ($ 1.300 millones), pero esta vez, por la manera de tratar los datos personales.
La primera multa se la ganaron, según la SIC, por entregar información engañosa en piezas publicitarias, específicamente en aquellas en las que ofrecían planes de 21 GB en 3 meses. Según la compañía, Claro no hacía evidente el hecho de que las videollamadas podían generar cargos adicionales o no estar disponibles. Ante esto, la empresa se defendió explicando que todo estaba incluido en los términos y condiciones.
Continuaban defendiéndose de esa sanción cuando les cayó otra y no fue cualquiera, sino que se trató de la más alta impuesta nunca antes por este tipo de conductas. Señalando que Claro incurrió en un mal uso de datos personales, la SIC decidió multarlos por $ 1.300 millones, con lo que sumaron sanciones por más de $ 2.000 millones en apenas tres semanas.
Con su nueva campaña, Claro se pasó de la raya
La causa de este último castigo fue la campaña “Amigos que te premian”, con la cual la empresa de telefonía obtenía el número de teléfono de referidos de sus clientes para guardarlos en sus bases de datos y posteriormente, utilizarlos para ofrecerles servicios. En condiciones normales, el valor de esta multa no habría sido tan alto, pero la SIC tomó la decisión al evidenciar que eran reincidentes. Aunque Claro asegura haber actuado bajo los parámetros de la Ley, con la decisión de la SIC, también tendría que borrar las bases de datos.