El cerebro del Carrusel de la Contratación de Bogotá, Emilio Tapia Aldana, fue detenido en 2011 y condenado a siete años de prisión. Solo pagó tres años de cárcel por cuenta del principio de oportunidad que negoció con la Fiscalía en el 2013. Ahora paga su condena en su casa en el barrio El Poblado en Barranquilla y se pasea con tranquilidad por las calles de la ciudad.
Sin embargo, los dolores de cabeza no han terminado para el sucreño. Su principio de oportunidad le concedió la casa por cárcel pero no esta exento de pagar la multa que le impuso la Fiscalía en el 2015. Son 374 salarios mínimos legales vigentes, que corresponde a 240.986.900 mil millones de pesos que el contratista todavía no termina de saldar con la justicia.
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