Las limusinas deben su nombre a una región de Francia llamada Limousine en donde los hacendados ricos usaban suntuosos coches en el siglo XIX para protegerse del frío y los conductores debían vestir con frac para estar al frente de los carros de color negro con chasis de marcas como Mercedes Benz, Rolls Royce, Cadillac y Lincoln. Ahora el alquiler de limusinas es muy popular en varias partes del mundo.
La limusina ha sido el carro preferido de estrellas de cine, presidentes, millonarios y muchos que disfrutan aparentando y presumiendo lo que no son. En Bogotá, fuimos a un parqueadero frente a la Terminal de Transporte, en el sector de Ciudad Salitre. Allí funciona desde 2013 la empresa Tulimo.com
El fundador se llama Nelson Acuña. Empezaron con una sola limusina en Cali y fueron creciendo hasta tener cinco. Cada una tiene un nombre: la Hammer Oro, la Navy, la Gold, la Perla y la Chrysler 300. Las más grandes tienen capacidad para 20 personas y 10 personas caben en las más pequeñas. Cada limusina puede costar 140 millones de pesos y solo dos de las más pequeñas, alcanzaron los 60 millones, cada una. Las últimas que trajeron de Estados Unidos costaron 18 mil dólares.
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Acuña es ingeniero mecánico y él mismo repara las limusinas cuando están dañadas y las ‘engalla’. Por dentro, tienen bar, techo corredizo, piso de cristal, televisor, cámara de humo y luces láser. No sólo prestan el servicio en Bogotá, sino también en otras ciudades donde los requieren.
El servicio por persona tiene un costo por hora de cincuenta mil pesos. Sin embargo, si se alquila la limusina más pequeña durante una hora, cuesta 550 mil pesos y la más grande, 850 mil pesos, pero si la requiere más horas, sale más barato. Por ejemplo, tres horas para diez personas, valen un millón y la más grande, para veinte personas, un millón ochocientos mil pesos.
Los servicios que más piden son para celebrar 15 años, despedidas de solteros, cumpleaños y matrimonios, pero ahora se abre el servicio porque hay personas que las alquilan para ir a tomar con los amigos y que les den vueltas por toda la ciudad que puede durar hasta toda la noche el recorrido como paseo en ‘chiva’, pero estrato veinte.