Entre los 250 invitados a la recepción de la Casa Blanca hubo reinas de belleza, deportistas, políticos y artistas, pero ningún afro, a pesar de que los mejores deportistas y buena parte de las estrellas musicales son raizales de la costa Pacifica o Atlántica. El beisbolista Orlando Cabrera fue el único presente. Los sorprendidos no fueron solo Presidente Obama y sus dos acompañantes en la reunión bilateral, Susanne Rice y Valery Jarret, sino los más de 50 congresistas demócratas que firmaron la carta de respaldo al proceso de paz, entre los que había más de una decena de afroamericanos. Entre los firmantes estaba Gregory Meeks, un influyente representante a la Cámara, quien en su juventud acompañó las marchas de defensa de los derechos civiles de la población afro junto a Martín Luther King. Se prevé que el costo político de la omisión se verá muy seguramente en la pronta llegada de representantes afros a posiciones de nivel, ya que en la actualidad solo tienen presencia con la viceminsitra del interior Carmen Vásquez y Luis Gilberto Murillo gerente del Plan Pacífico.
Metida de patas de Santos con los afros en su viaje a Washington
El equipo de Obama expreso su extrañeza por la ausencia de afros e indígenas en la delegación de un país multicultural