No solo su cambio físico es notable. Ha perdido mucho peso al punto de no ser fácil de reconocer. Fabio Valencia fue uno de los negociadores claves en el proceso de paz con las Farc que lideró el expresidente Andrés Pastrana en 1999. Su presencia era casi permanente en el Caguán, e incluso pernoctaba en la zona en búsqueda de confianza para avanzar en acuerdos.
Apoyó tanto a Víctor G Ricardo como Comisionado de Paz, a quien acompañó incluso en el periplo de los comandantes guerrilleros por Europa, como al Comisionado Camilo Gómez. Logró tal cercanía con la guerrilla que cuando se retiró como negociador para viajar a ocupar la embajada de Italia le hicieron una fiesta de despedida que hizo eco en la amplia zona de despeje y hasta en Bogotá.
Sin embargo en menos de dos años terminó de aliado de su mayor contradictor político Álvaro Uribe, con quien se fue a puños cuando se estaba definiendo la gobernación de Antioquia en 1994. Valencia Cossio y su grupo político El Coraje, quienes apoyaban a Alfonso Nuñez Lapeira denunciaron fraude en el conteo de votos que terminaron dándole el triunfo a Uribe.
Los dos mantuvieron durante años una agria enemistad y una distancia que su hermano Ramiro logró acortar después del triunfo presidencial de Uribe en el 2002 y asegurar así la permanencia de Valencia Cossio en la embajada en Italia y luego su nombramiento, increíble para muchos, como ministro del Interior en los dos años finales del gobierno Uribe, cargo desde el que acompañó la estrategia de seguridad democrática y la mano dura con la guerrilla, contraria a la posición asumida por el una década atrás.
Valencia Cossio reapareció nuevamente para poner a prueba su habilidad política en la Convención del Partido Uribe Centro Democrático que le dio a Oscar Iván Zuluaga la candidatura presidencial. Terminó así amarrado a posturas radicales en contra del diálogo con la misma guerrilla con la que se comprometió a buscar una salida negociada al conflicto. Una pirueta que le ha garantizado al menos por el momento su resurrección política.