Irak está en el centro de la mirada del mundo con la visita del Papa. Y el video de Francis Alys sucede allá. Primero se sortea quien comienza el partido. Empieza el balón a correr entre las piernas de los niños que juegan en una calle polvorienta en Musul. Sale la bola de la línea, saque de banda, se equivoca y le llega al equipo contrario, el balón avanza rápido, hay una jugada de dos delanteros, uno patea directo a la portería pero se pierde la jugada porque pega en el palo del arco. Nadie la alcanza y sale la pelota. Tiro de esquina. Buen pase y con un cabezazo y llega el gooool.
El video de niños que usan las camisetas de sus hinchas, ya viejas y desgastadas por el tiempo y la emoción, en realidad no tienen la pelota, porque el estado Islámico prohibió este juego por tener el tinte occidental en Irak. Es un video que se presenta dentro de la exposición Fragmentos del artista belga-mexicano Francis Alys, que se muestra desde noviembre del año pasado en el Museo de la Memoria Histórica en Bogotá.
Es sin duda un artista reconocido internacionalmente por sus registros simbólicos y por especializarse en ser un artista de guerra. Nació en 1959 en Bélgica, estudió arquitectura y llegó a México a realizar un proyecto con una ONG. En 1990, decidió ser un artista que realiza videos, animaciones, dibujos y pinturas en colaboración con otros. Este múltiple recorrido se encuentra entre los proyectos que presenta en Bogotá.
Siempre me ha interesado este artista que se mueve entre las emociones y el riesgo, la muerte violenta y la memoria, extremos de la condición humana.
Este trabajo, Fragmentos fue realizado durante 5 años en Irak. Invitado por los militares kurdos para que registrara la terrible guerra sin límites que vive este país árabe. Francis Alys busca tener un rol neutral de ilustrar como testigo y producir una reflexión sobre la memoria. Intenta registrar, como testigo, una lectura inmediata de la emoción sobre los hechos y producir procesos de reflexión.
El video sobre los niños jugando fútbol es maravilloso. Uno realmente ve donde está la pelota en los 20 minutos de video. Los niños juegan realmente. Hacen interrupciones mientras unos enormes amenazantes tanques negros pasan en su reglamentaria vigilancia. Después siguen el juego en las calles de una zona residencial de una ciudad polvorosa y en ruinas. De pronto, suena un tiro. Todo se desvanece...
Otro de los proyectos que presenta Francis Alys es un díptico de videos donde amarran un burro a un poste eléctrico en un campo de refugiados para niños. El burro es el símbolo de una casta menor. Es importante porque el artista encontró a un burro despistado y asustado después de una tormenta de arena, otro símbolo importante en Irak. Ante el burro, los niños gritan y reaccionan animados ante su presencia inútil. Lo tocan, corren, lo festejan, se animan y se ríen en un extraño festejo. Nada pasa y ellos libres salen a correr por un pasto verde como si les hubiera pasado algo excepcional. Como no pasa nada ellos pueden manifestar su alegría.
Los apuntes de Francis Alys son interesantes. Las pinturas tímidas.