El magnate mexicano Carlos Slim tiene presencia en Colombia, no solo a través de América Móvil y su marca Claro —el servicio de comunicaciones móviles con el mayor número de usuarios registrados, un poco más de 35 millones de líneas de servicio (casi el doble que el segundo Movistar)— sino que es el socio mayoritario del grupo empresarial español FCC Construcciones, actualmente encargado de la construcción del túnel del Toyo, el cual se convertirá en el túnel más largo de Latinoamérica con una longitud de 9,8 kilómetros, y el segundo operador privado de aguas en el país.
FCC tiene su origen en julio de 1900, cuando se fundó en Barcelona la compañía Fomento de Obras y Construcciones, que empezó construyendo el puerto de la ciudad y limpiando y recogiendo las basuras de sus calles. En paralelo, en 1944 se fundó en Madrid Construcciones y Contratas, empresa que en 1952 comprara Ernesto Koplowitz. Ambas empresas se fusionaron en 1992, dando origen a la actual FCC.
La empresa la heredaron las hermanas Esther y Alicia Koplowitz, y a finales de los 90, una de ellas Esther se quedó con el control. Los negocios iban bien hasta que una grave crisis financiera la forzó a buscar al millonario Carlos Slim. Consciente del potencial, éste le inyectó en 2015 € 1.700 millones de capital, con lo cual quedó con el control de la compañía. Este fue solo un primer paso.
Posteriormente, Inversora Carso de Slim adquirió una deuda asumida por Esther Koplowitz a cambio de un traspaso de acciones; en la actualidad Carlos Slim posee el 81 % de la empresa distribuidos entre Control de Empresarial con un 74,2 % y a nombre propio un 7 %. Esther Koplowitz quedó reducida a un 4,57 %. La empresa cotiza en la bolsa de Madrid y entre sus socios está Bill Gates quien tiene una participación de 5,73 %, superior a la de la hija del fundador, Esther Koplowitz. Sus hijas Esther, Carmen y Alicia Alcocer Koplowitz conservan puesto en el Consejo de Administración de la compañía. Carlos Slim tiene asiento junto con su sobrino Alonso Salem Slim y sus hombres de confianza Alejandro Aboumrad González (sobrino político de Carlos Slim), Gerardo Kuri Kaufmann y Juan Rodríguez Torres.
FCC consiguió su primera expansión internacional en Latinoamérica en los años ochenta, un mercado que sigue siendo estratégico. Ha construido entre otros, la línea 1 de metro en Panamá y se encuentra desarrollando la Línea 2 al aeropuerto Tocumen, en Costa Rica participa en la concesión de la autopista San José-Caldera, en Perú construye la línea 2 y ramal de la Línea 4 del metro de Lima y en México el tramo 2 del Tren Maya.
A Colombia llegaron hace más de 25 años con la construcción del metro de Medellín, adicionalmente, FCC ha desarrollado obras como el dragado del río Bogotá, la construcción de la torre de control del aeropuerto de El Dorado y la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de El Salitre.
En octubre de 2015, le fue asignado por parte de la Agencia Nacional de Infraestructura - ANI la construcción del Túnel del Toyo Guillermo Gaviria Correa al Consorcio Antioquia Al Mar, integrado por la española Colombiana de Infraestructuras (FCC) con un 40% , CASS Constructores con el 20%, Carlos Alberto Solarte con el 20% y Estyma Estudios y Manejos con el 20% restante.
La obra insertada en la nueva vía a Urabá, inició fase de construcción en enero de 2018 y su fecha de entrega estimada es octubre de 2023. El proyecto que cuenta con un presupuesto de € 392 millones, está ubicado entre los municipios de Giraldo y Cañasgordas, y consiste en la construcción de un tramo de carretera de nuevo trazado de 18,3 kilómetros de longitud de dos direcciones y con un carril por sentido, la ejecución de 12,3 kilómetros de túnel, de los cuales 9,8 kilómetros corresponden al túnel del Toyo.
El megaproyecto Túnel del Toyo y sus vías de acceso hacen parte de las Autopistas de la Prosperidad y une las concesiones Mar 1 (Medellín – Santa Fe de Antioquia) y Mar 2 (Cañasgordas – El Tigre), garantizando la conectividad de todo el sistema vial establecido para el mejoramiento de las condiciones de conectividad de Medellín con el Urabá antioqueño.
En septiembre de 2020, FCC fue objeto de una inhabilitación por dos años por parte del Banco Mundial - BM debido a prácticas fraudulentas y de colusión encontradas en la licitación del Proyecto de Adecuación Hidráulica y Recuperación Ambiental del Río Bogotá. La constructora española se comprometió a seguir un "programa de cumplimiento de integridad", según los principios establecidos en las pautas de cumplimiento de integridad del BM, y a pagarle al gobierno colombiano una “restitución” por valor de USD 5,5 millones. Decisión que no tuvo impacto sobre las obras en desarrollo.
Aqualia, la filial de servicios e infraestructuras de agua del grupo FCC, en compañía el fondo australiano Global Infrastructure Fund – IFM (en un 49%), adquirió en julio de este año el 100% de los activos de la compañía Saur Colombia, que aglutina las concesiones del grupo francés en el país.
La operación incluye seis empresas concesionarias responsables de la producción y distribución de agua potable y alcantarillado en once municipios de tres departamentos de la costa norte, Aguas de la Península (Maicao), Aguas de Albania, Aguas de Aracataca, Aquamag Fundación, Aquamag El Retén y Aguas del Sur del Atlántico, en concesiones con una duración media de quince años.
Aqualia inició su actividad en el país en 2020, año en el que adquirió las empresas que prestaban servicio en doce municipios de los departamentos de Córdoba. Con esta nueva adquisición, Aqualia duplica la población atendida en Colombia, hasta alcanzar los 900.000 habitantes en seis departamentos, lo que la convierte en el segundo operador privado en el país.
Además, Aqualia se encuentra en la fase final del proyecto para el diseño, construcción y operación de la planta depuradora PTAR (Planta de Tratamiento de Aguas Residuales) El Salitre Fase II, en Bogotá, liderado por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR, por valor de € 398 millones que tratará un volumen de siete mts3 de agua por segundo e impedirá que un promedio de 450 toneladas mensuales de basuras llegue al río Bogotá.