Manizales todavía está conmocionada por el asesinato de cinco campistas en las afueras de la ciudad ocurrida en la madrugada del 22 de agosto. Las hipótesis vienen y van y, por lo salvaje que fue la muerte de una de las excursionistas, siete machetazos en el cuerpo, se creía que la masacre había surgido de una venganza.
Primero dijeron que se trataba de una retaliación por negocios de microtráfico porque uno de los asesinados era dueño de un club nocturno. Sin embargo la Fiscalia logró ya detener a un sospechoso, se trata del joven Brayan Andrés Aguirre de 24 años quien, acompañado de varios complices, habría llegado al lugar a preguntar por su exnovia a quien le propinó golpes con la cacha de su pistola pero no la mató. Incluso le perdonó su vida y la habría dejado huir.
El joven será imputado por los delitos de homicidio agravado