Son interminables los abusos que cometió la United Fruit Company en países de Centro y Sur América. Matanzas en Colombia, derrocamiento de presidentes en Guatemala y pésimas condiciones de trabajo en Costa Rica, Jamaica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, entre otras, hacen parte de acciones de la United Fruit Company que analiza el escritor y periodista argentino, Roberto Hersscher, en su libro Crónicas Bananeras sobre la primera multinacional moderna que tuvo el mundo.
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La United Fruit Company hizo lo que quiso a donde llegó y de ahí la expresión ´Banana Republic’, señala Hersscher. Con sus ojos azules y su profunda sonrisa, el maestro de la crónica cuenta que es común que jóvenes de Costa Rica intenten a como dé lugar tener un empleo en Chiquita Brands Internacional, la reconocida empresa bananera.
Según el escritor, estos jóvenes consideran que esta es una valiosa oportunidad de empleo, para evitar hacer parte de las estadísticas de los llamados Ninis (los que NI estudian NI trabajan). Esto, a pesar que ha transcurrido más de un siglo desde la fundación de la United Fruit Company (UFCO), la empresa “madre” de Chiquita, ocurrida en 1899.
En su libro, Herrscher enfatiza en que la UFCO, considerada por muchos como la primera multinacional moderna del mundo, también se dio a conocer por implementar malas prácticas empresariales, lo que la terminó llevando a cambiar su nombre a Chiquita Brands International.
La empresa United Fruit Company rápidamente se convirtió en una fuerza política y económica determinante en Latinoamérica. En Costa Rica, por ejemplo, fue conocida como ´El Pulpo’, por el alcance de su influencia. Aunque la empresa comercializaba frutas tropicales terminó centrándose en el banano, logrando crear en el imaginario del consumidor estadounidense que era necesario consumir un banano al día para mantenerse saludable.
La empresa fue fundada por el constructor de ferrocarriles, Minor Keith, y el importador de frutas, Andrew Preston. Con el pretexto de construir trenes, Keith pedía extensiones de tierra a los gobiernos para ampliar sus cultivos y exigía tener el cultivo del banano en exclusiva para no tener competencia, explica Hersscher.
Con la idea, comunicada a través de la publicidad, de que los poderes nutritivos del banano podrían reemplazar la carne y que los niños necesitaban uno diario para crecer saludables, la empresa logró posicionar el producto en las familias estadounidenses. Para terminar de crear recordación, la empresa impulsó el personaje de Chiquita, una cantante con un sombrero de frutas, que hoy sería incorrecto políticamente, basada en la figura de la artista brasileña Carmen Miranda.
La expresión ´República Bananera´
Hersscher plantea que las prácticas comunes de la ‘Yunai´, como era llamada en Costa Rica por los empleados y otros sectores poblacionales de la época, incluían en evitar investigaciones antimonopolio, apropiarse y explotar tierras cultivables sin pagar impuestos y precarización laboral, expresada en malas condiciones laborales, largas jornadas, pagos inferiores a los permitidos por la ley, evitando la creación de sindicatos y evitando pagar prestaciones sociales.
Según indica Hersscher, a lo anterior se sumó el pago de sobornos a los funcionarios de los países donde tenía sede la empresa, lo cual le permitía saltarse las normativas locales y lograr impunidad en su actuar. Esto condujo al surgimiento de la expresión ´república bananera’, que aún se utiliza para hacer referencia a la manera como en los países latinoamericanos se salta la ley en favor de las grandes empresas y sus intereses.
Golpes de estado y masacres
En Colombia la United Fruit Company es recordada por la Masacre de las Bananera, ocurrida en 1928. Ese año, los empleados protestaron para obtener mejores condiciones laborales, ante lo cual el ejército respondió disparando contra estos a petición de los directivos de la empresa, explica Hersscher. La masacre fue inmortalizada por el premio Nobel Gabriel García Márquez en su obra cumbre Cien años de Soledad.
Otro premio Nobel que escribió sobre las prácticas ilegales de la empresa es el peruano Mario Vargas Llosa, en el libro Tiempos Recios, publicado en 2019. En esta novela histórica, Vargas Llosa narra el golpe de Estado que se llevó a cabo en Guatemala, en el año de 1954. Dicho golpe llevó al poder a Carlos Castillo Armas con ayuda de la CIA, tras derrocar al presidente Jacobo Árbenz Guzmán, quien rechazó el soborno ofrecido por la empresa y se había propuesto que la United Fruit pagara impuestos y mejorara las condiciones laborales de sus empleados.
En la década de 1970, y después de varios escándalos y del suicidio de su presidente, Eli Black, la empresa decidió cambiar de nombre a Chiquita Brands International, tomando la imagen de su personaje principal, en su esfuerzo por mostrar una cara distinta.
Quién es Roberto Herrscher
El escritor argentino fue director de la maestría en periodismo de la Universidad de Barcelona durante 18 años. Actualmente, se encuentra radicado en Chile.
Hace algunas semanas, presentó en Colombia su libro Crónicas Bananeras, que es resultado de una investigación de más de 7 años en la que, a través de personajes que vivieron la época de la United Fruit Company y de Chiquita Brands, hila la historia y los “absurdos” de la primera gran multinacional que tuvo el mundo moderno.
Hersscher participó en la guerra de las Malvinas, donde fue asignado al barco Penélope, un viejo pesquero construido en 1927. Esta experiencia lo llevó a escribir el libro Los viajes de Penélope. En el mundo académico también es conocido por los libros Periodismo Narrativo, El arte de escuchar y La voz de las cosas. Es considerado uno de los grandes cronistas de América Latina por el nivel de detalle en sus descripciones y la manera cómo aborda los personajes en sus relatos. Ha escrito para el New York Times, La Vanguardia, Gato Pardo y Etiqueta Negra, entre otros medios. En Colombia es profesor en la maestría de periodismo científico en la Universidad Javeriana.
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