Una marcha más que se ahoga en un grito desesperado. Se exige el respeto por la vida, que no los sigan matando, que los líderes sociales dejen de ser contados por centenas y sus nombres se confundan con el número que les asignaron en una interminable lista de muertos. Miles de personas salieron a las calles en todo el país, y otras ciudades del mundo, para manifestarse en contra de la violencia, para celebrar la vida, para señalar con el dedo a los responsables, que también tienen nombre, pero quieren ocultarlo detrás de los panfletos, tras la chapa que muy solemnemente les pusieron las autoridades: Grupos Armados Organizados —GAO—.
El punto de encuentro en Bogotá era el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, en la calle 26. La gente estaba lista para unirse al río humano que conectaría la memoria de los muertos, el discurso que perdura en el recuerdo, con la vida de los líderes sociales en la Plaza de Bolívar, donde una tarima los esperaba para celebrar una nueva manifestación, de esas que conmueven, que invitan a ser parte de una expresión social.
Vea nuevamente la transmisión de Las2orillas desde el centro de Bogotá: