Hasta las dos de la tarde todo fue un carnaval el pasado 28 de abril. La rabia generada por la propuesta de una Reforma Tributaria que se metía con el bolsillo de los colombianos se traducía en colores, alegría, música y caminata en familia y en paz por toda la Carrera Séptima en Bogotá. Los medios tradicionales se enfocaban en mostrar los desmanes en Cali pero en la capital la protesta era pacífica.
Hasta que empezó a caer un diluvio y luego hizo su aparición la fuerza pública con toda su rudeza. Los encapuchados de siempre se metieron con las cámaras de seguridad del Palacio de Justicia y la gente empezaba a calibrar sus guijarros contra la Policía pero incluso, entre los manifestantes, hubo gente que sirvió como escudo para que no los golpearan.
El fotógrafo Leonel Cordero retrató la protesta de esta forma: