De cine. Sí. Así podría ser su estancia en México. Y es que, la que fuese la mansión de Pablo Escobar, uno de los narcotraficantes (y político) más famosos de la historia, es hoy un resort de 5 estrellas donde poder disfrutar de una estancia única en tierras aztecas. Reformado por Lio Malca, Casa Malca se ha convertido en uno de los complejos turísticos más lujosos de la provincia de Yucatán. Tiene 35 habitaciones y una galería de arte como principal atracción, además de integrar una piscina subterránea, un lujoso bar, y unas maravillosas vistas al mar.
Cobijado por la naturaleza más salvaje y bañado por las cristalinas aguas del caribe mexicano; rodeado de ruinas mayas y envuelto en una atmósfera de paz y exclusividad. Hay un rincón en Tulum, México, en el que es posible perderse del mundo. Y disfrutar de una estancia al más puro estilo gángster entre las paredes que durante décadas fueron testigo de los negocios sucios del fundador del cártel de Medellín, Pablo Escobar. Adrenalina a flor de piel.
Casa Malca es el pedacito de paraíso natural que el narco colombiano escogió en los 80 como lugar de retiro, lejos de los negocios y la justicia. Pero desde su fallecimiento en 1993, aquel lugar idílico permaneció oculto en el olvido. Ha sido el famoso galerista y coleccionista colombiano Lio Malca -amante, por cierto, de la isla española de Ibiza, donde inauguró en 2015 un gran espacio de exhibiciones de arte en La Nave de las Salinas-, quien ha asumido el reto de volver a dar vida a este paraíso abandonado. Y no es tarea fácil convertir un refugio asociado al oscuro negocio de la cocaína en un edén de belleza y tranquilidad. Pero el reputado mecenas ha logrado con éxito hacer resurgir aquel espacio lleno de historia e impregnado de un imponente halo de riqueza y poder. Casa Malca es hoy uno de los hoteles boutique más lujosos del país azteca.
Es un lugar exclusivo, apartado e idílico. La propiedad, ubicada en un vasto espacio natural protegido, cuenta con más de 20.000 metros cuadrados de superficie. Cuando abrió sus puertas en 2015 contaba con nueve dormitorios. Pero ahora tiene hasta 35 habitaciones, entre las que destaca la suite, la estancia más exclusiva, con 70 metros cuadrados de superficie, azotea y terraza privadas, y unas vistas inmejorables al mar y la selva. El precio medio de la habitación doble ronda los 1.200 euros por noche.
Como no podía ser de otra forma, Lio Malca ha convertido el complejo en una verdadera galería de arte con obras contemporáneas de su propia colección, entre las que figuran pinturas, esculturas y mobiliario de diseñadores y artistas modernos de la talla de Basquiat, Rafael Gómez Barros, Kenny Scharf o Kaws, entre muchos otros. Y además, pensando en los huéspedes recurrentes, el comerciante de arte exhibe las piezas de manera temporal, cambiándolas con frecuencia, de manera que los clientes pueden disfrutar de una nueva exposición cada vez que visitan el resort.
El hotel dispone además de una piscina subterránea, que hace a su vez las funciones de baño de vapor, con una colorida iluminación inspirada en las famosas instalaciones luminosas de James Turrell. En la planta baja se encuentra el bar, decorado al estilo Keith Haring. Cuenta con otra piscina al aire libre con increíbles vistas al mar caribe, así como 200 metros de playa de arena blanca y aguas cristalinas.
Toallas de algodón egipcio, sábanas de algodón orgánico y bambú, comida de primerísima calidad, pasadizos subterráneos que conectan los diferentes espacios del complejo... El lujo, el misterio y la ostentosidad que rodeaban al Patrón, han dejado sin duda huella en esta villa paradisíaca.
Retomado de: Expansion.com