El pasado 22 de diciembre un juez permitió la libertad de Jorge Luis Alfonso López después de supuestos acercamientos con el gobierno Petro y el comisionado de Paz, Danilo Rueda. Como hombre libre no pudo regresar a su antigua mansión cuando el 2019 la Sociedad de Activos Especiales (SAE) se llevó todo, la desvalijaron completamente e incluso se llevaron hasta los inodoros. A sus 40 años este hijo de un policía retirado que fundó una Convivir y de la empresaria del chance que supo aniquilar a sus rivales, se acostumbró a hacer lo que se le diera gana.
Jorge Luis era considerado un verdadero terror. En el 2003 fue elegido alcalde de Magangué. Su familia tenía el músculo financiero para formar ejércitos y comprar consciencias. En veinte años se convirtieron en una fuerza capaz de poner y quitar alcaldes a su antojo. Según La Silla Vacía, López mandaba en la alcaldía poniendo, literalmente, las armas en el escritorio. A la mejor manera de Pablo Escobar el Gatico, como le decían, mataba lo que no podía comprar. A la prensa de Magangué la tenía, como a buena parte de la población, aterrorizada. Hubo un periodista que no se dejó doblegar. Se llamaba Rafael Prins. Los que lo conocieron revelaron su particular manera de ver la vida. Para nadie era un secreto que le gustaba la rumba, que se apoyaba en las drogas. Que con una mano escribía y en otro se sostenía. Su apellido era conocido en todo el municipio por su familia quien creó la única tipografía que tenía Magangué: Tipografía Prins. A los 44 años fue asesinado a balazos. El responsable fue el alcalde del pueblo. Por matar al periodista”el Gatico” fue condenado en el año 2014 a 39 años por este homicidio.
Mientras estuvo en la cárcel del Bosque de Barranquilla López aprovechó las precarias condiciones de seguridad para casarse. Lo hizo en el 2017, cuando, dentro de las instalaciones, se casó con su novia. La fiesta fue ampliamente divulgada por los medios de comunicación. Lo que mas estupefacción causó es que, aunque no hubo trago, si existió, dentro de la cárcel el Bosque, comida carísima y hasta lluvia de billetes de cincuenta mil pesos, que en ese entonces eran de la máxima denominación que circulaban en Colombia.
Las continuas fiestas en la cárcel del Bosque llevaban el sello de la impunidad que siempre ha caracterizado a la casa política más fuerte de Magangué. La gata, condenada a 40 años de cárcel en el 2013 por crear grupos paramilitares, no pagó un solo día de cárcel. Toda su condena ha sido en lujosas casas, como la que hoy vive en Barranquilla en el barrio El Paraíso. Incluso, cuando estuvo un tiempo, aquejada por sus continuos achaques de salud, le mandó a poner una puerta blindada a la puerta de su cuarto en el hospital.
Este jueves 9 de febrero funcionarios de la Sociedad de Activos Especiales llegarán a la casa en Villa Country para comprobar que el hijo de la Gata no vive allí. Un juez lo liberó el pasado 22 de diciembre para cumplir con la solicitud de la presidencia de que este fuera gestor de paz y aunque el gobierno se echó para atrás si existió el interés de Danilo Rueda para integrar al temible “Gatico” a las tareas de la Paz Total.
En esta comunicación el juez Orlando José Petro Vanderbil muestra que fue notificado el gobierno.