Dos elementos nuevos entraron a jugar en el panorama político del país: la guerrilla del ELN y Nicolás Maduro. Aunque la primera tiene más de 50 años de existencia, y el segundo lleva 6 años en la Presidencia de Venezuela, hoy los dos se juntaron en un mismo momento que el presidente Duque ha intentado sortear.
Según la última encuesta YanHaas, publicada en la noche del 31 de enero, Duque repuntó 10 puntos en su imagen positiva. Y la explicación es clara: la mano dura, que había prometido en campaña pero al inicio de gobierno expreso con mesura, hoy le están dando un empujón frente a los colombianos. Duque pasó de tener 25% de favorabilidad el 15 de diciembre del año pasado, a marcar un 35%.
Tras el atentado en la Escuela de la Policía General Santander, Duque no tardo ni 24 horas para tomar una decisión frente a la mesa de negociación con el ELN: los diálogos llegaron a su fin. Era una posibilidad y se hizo realidad. La guerrilla, con muy poca voluntad de llegar a un acuerdo en medio del conflicto, estuvo sentada sin interlocutor desde que Duque se posesionó el pasado 7 de agosto. Sin embargo, el presidente les puso condiciones que no cumplieron para volver a enviar una delegación a La Habana.
Pero la mano dura fue más allá de terminar con unos diálogos estériles, decisión que sus electores le pedían desde el día cero, y reactivó inmediatamente las órdenes de captura contra el Comando Central de la guerrilla y le exigió al gobierno cubano que capturara a toda la delegación negociadora, encabezada por uno de los comandantes máximos Pablo Beltrán, y se los entregara inmediatamente. En ese momento comenzó la tensión: por un lado, el presidente envió un discurso de unidad frente al atentado, y logró sacar algunas miles de personas a las calles en una marcha contra los violentos en el país; pero por el otro, entraba en choque con parte de la comunidad internacional que le pidió respetar los protocolos de seguridad pactados entre ele gobierno Santos y el ELN cuando apenas comenzaba la negociación. Cuba y Noruega, países garantes, defendieron los protocolos, mientras que Chile y Brasil, también garantes del proceso, se pusieron del lado de Duque.
Hoy la situación está en un punto incierto porque Cuba no los va a entregar y cumplirá con el protocolo para que la delegación vuelva a la clandestinidad, sin embargo, ya va pasando el tiempo estipulado para que esto suceda y los negociadores siguen en la isla.
Por otro lado, el presidente Duque ha sido una de las voces que más se ha hecho escuchar como opositora frente al régimen de Maduro. La situación en Venezuela parece insostenible, y Colombia fue uno de los primeros países que reconoció a Juan Guaidó como presidente encargado, y junto a esos respaldos diplomáticos, apareció el respaldo y la presión, tanto económica como militar, de Estados Unidos. Esa cooperación, más las sanciones impuestas por Colombia como la prohibición a Maduro y 200 hombres de su confianza de entrar al país, además de romper cualquier cooperación militar, han hecho de Duque un presidente mucho más popular.
Sin embargo, La imagen negativa del presidente Duque aún se mantiene por encima, y pasó del 64% al 56%. De manera similar se comportó la percepción que tiene la gente sobre el buen o mal camino por el que anda el país. El presidente apenas se va recuperando del golpe que le dejó la impopular reforma tributaria, que terminó siendo aprobada a última hora en el Congreso.
Esta es la encuesta completa y su ficha técnica realizada por YanHaas: