En el proceso contra el gobernador de La Guajira, Wilmer González Brito, por presunto fraude al elector se han empezado a destapar las razones políticas de la acusación en su contra: una guerra frontal patrocinada por Cambio Radical para recuperar el dominio político y contractual del departamento. En ese propósito están unidos los exgobernadores Kiko Gómez y Oneida Pinto así como el rector de la Universidad, Carlos Robles junto a varios alcaldes de los municipios que responden a los intereses del partido del vicepresidente Germán Vargas.
En el proceso la prueba reina contra el gobernador es la grabación con la voz de Arnold Lascarro Cadena en la que se le escucha decir que dispone de $2 mil millones para la campaña a favor de González. Sin embargo, en la Fiscalía evalúan la validez del testimonio, dado que Lascarro Cadena nunca trabajó en los cuadros de campaña del actual gobernador y los investigadores han logrado identificar que se trata de un joven del municipio de Tamalameque en departamento del Cesar que se gana la vida como mensajero de los alcaldes de La Guajira y el César como tramitador de denuncias anónimas que se interponen en Bogotá.
Le pagan los vuelos y a cambio de una comisión el joven busca mover procesos en contra de los enemigos políticos de sus clientes como es caso de Wilmer Gonzáles Brito.