A las 6:30 de la tarde del 12 de marzo del 2001, quince hombres del frente Juan Andrés Álvarez del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia pararon el bus en donde iban el presidente del sindicato Valmore Locarno, su vicepresidente Víctor Hugo Orcasita y otros veinte trabajadores de la carbonera Drummond. Locarno y Orcasita llevaban semanas quejándose por la mala alimentación que recibían de la multinacional. Los alimentos eran provistos por la empresa ISA, propiedad del contratista Jaime Blanco Maya.Y
En la tarde de ese día se habían reunido con algunos directivos de la Drummond para ponerle punto final al tema. Se avecinaba un paro. Según versiones entregadas por los propios paramilitares a Justicia y Paz, alguien dentro de la empresa llamó al paramilitar alias Dinael, soplándole que el bus pasaría a esa hora exacta por la vereda Casa de Zinc, del municipio de Bosconia, Cesar. Se los querían llevar. El presidente del sindicato, conociendo las prácticas de las AUC; que empezaban a hacerse cotidianas en la región, opuso resistencia. La respuesta de los Paracos apaciguo los ánimos de Orcasita quien también amenazaba con alebrestarse: le pegaron dos tiros a Valmore Locarno y lo dejaron tendido en el asfalto con la cabeza reventada.
A rastras se llevaron a Víctor Hugo Orcasita en uno de los dos carros donde se movían los paras. Cogieron la vía al Plato Magdalena y llegaron a Pueblo Nuevo, a un sitio al que muchos conocen como Badelco. Según declaraciones que muchos años después dio a Justicia y Paz El Samario, a Orcasita lo dejaron en una bodega en donde lo esperaba Oscar José Ospina Pacheco, alias Tolemaida. Ahí le pegaron tres tiros al sindicalista. Lo encontraron cuatro días después, a dos kilómetros del lugar.
Entre 1995, fecha en la que comenzó a operar la Drummond, y 2006, el frente Juan Álvarez se movió con libertad por toda la zona de influencia de la carbonera. Fueron 190 kilómetros de vía férrea que atravesaba el César y el Magdalena donde los paras dejaron ver su estela de muerte. En sus primeros meses de funcionamiento, la Drummond vivió la resistencia de la guerrilla quienes sabotearon duramente la producción carbonífera, lo que evitó que cumplieran con múltiples entregas. La situación fue tan oscura que la multinacional estuvo a punto de colapsar.
Según declaraciones del empresario Jaime Blanco, quien hoy cumple una condena de 38 años en La Picota por los asesinatos de los sindicalistas y por concierto para delinquir después de confesar que los asesinatos habían sido ordenados por la carbonífera , el jefe paramilitar John Jairo Esquivel, alias “El Tigre”, lo contactó, aprovechando los contratos de distribución de comida que unía a ISA con la multinacional, para que fuera el puente entre los paras y la carbonífera. Blanco sigue sosteniendo que previamente se consultó con Garry Drummond, creador de la multinacional y su mano derecha, James Atkins, y que ambos vieron con buenos ojos financiar a los paras para contrarrestar a la guerrilla. Atkins trabajó en la Drummond hasta el 2002 en donde pasó a engrosar las filas de la CIA. Ese mismo año el presidente Bush lo envió a Colombia para trabajar en la Embajada norteamericana.
El frente Juan Andrés Álvarez se nutrió con grupos urbanos armados, organizados por el propio Jorge 40, de municipios como Codazzi, La Jagua de Ibitico, Bosconia y Becerril. Los informes del ejército, contratastados por los de los investigadores de PAX, aseguran que entre 1996 y 2006, en la zona de influencia de la Drummond, la estela paramilitar dejó 2.600 muertos, quinients asesinados en masacres, 240 desaparecidos y 55 mil desplazados.
Las familias de los sindicalistas víctimas del Juan Andrés Alvarez, han llevado sus caso a la justicia norteamericana. Un juez de Alabama ha desestimado las demandas en el 2013 y 2015. Pero ésta no es la única mancha de la multinacional en Colombia.
Al final fueron 2.500 toneladas de carbón las que se vertieron en el mar
En el tema ambiental la Drummond fue un adalid de lo que no se debía hacer. Fueron múltiples las sanciones por incumplir normas de cargue y descargue de carbón. Aún se recuerda lo que se descubrió el 13 de enero del 2014 cuando fue sancionada por $ 6.965 millones por el daño ambiental causado tras el derrame de carbón de sus barcazas en la bahía de Santa Marta.
Seis meses después, un video divulgado por el noticiero RCN mostró como la empresa arrojaba cemento en la zona marítima donde se construía la planta de cargue directo de carbón en su puerto en Ciénaga.
El fundador Garry Drummond, nacido en el sur de Estados Unidos, en medio de los conflictos raciales de Alabama que le templaron en una dureza que aplicó para resolver los conflictos en Colombia y en otra partes del mundo. Nunca quiso oír ni ceder ante las presiones de los trabajdores o los ambientalistas que afectados pro la politica de su compañía durante 20 años, y siempre recurrió a las vías judiciales.
Drummond creyó dejar un emporio cimentado pero no resultó así. Sus tres hijos , sin ningún arraigo con los países en donde su papá hizo la fortuna familiar, decidieron pronto vender la compañía, evitar problemas y adelantarse a un mundo sin el carbón contaminado del que se enriquecieron.