Desde mi perspectiva y mi experiencia, junto a la de miles de personas que confiaron sus recursos a una empresa transportadora, se ha gestado bajo la tutela del mismo Ministerio de Transporte y demás entidades del gremio transportador una mafia criminal, mafia que ha vivido del engaño y que ha afectado a miles de familias en Colombia.
Esta mafia criminal llamada “empresa transportadora” evidencia la mejor forma de robar los recursos de los colombianos, que con falsos engaños de trabajo y retribución económica enamora y endulza a esos incautos. ¿Qué haría usted si le pintan un negocio donde recibirá no menos de $4.000.000 al mes tan solo por comprar un vehículo de trabajo?
En respuesta a la pregunta anterior y con la experiencia recibida, le diría que no es el mejor momento de invertir sus ahorros en un negocio donde muchas veces no existe un vínculo real y laboral. Le diría que verificara mejor la información suministrada por el asesor del concesionario automotriz y la información de la empresa donde se vincularía su automotor. También, le diría que averiguara con las empresas donde aparentemente la transportadora tiene vínculos de transporte a nivel corporativo o individual de pasajeros. En pocas palabras, le diría: ¡No invierta en algo que puede generar pérdidas!
La mejor forma de robar al incauto no es por medio de un atraco, es por medio de la normatividad. Estas empresas transportadoras la tienen clara en sus negocios casi fraudulentos. ¿Recuerdan que hace más de 8 años había un auge en la economía del país por el petróleo? A raíz de ello, el servicio de transporte especial tuvo una de sus mejores épocas, donde un vehículo podría ganar hasta un poco más de $8.000.000 por mes, con un contrato directo con empresas del sector petrolero. ¿Recuerda también que hace más de 3 años la llegada de la revolución tecnológica con el transporte individual de pasajeros era una alternativa positiva para su vehículo que ya no estaba en el sector petrolero?
También a raíz de ello, el panorama del transporte ha tenido varias mutaciones. Esas mutaciones, convirtieron esta modalidad del transporte, en la mejor fuente de ingresos para los propietarios de las miles de empresas habilitadas por el Ministerio de Transporte en Colombia.
El proceso es sencillo y parte desde su deseo en invertir en este negocio del servicio de transporte publico especial. De ese deseo, se beneficia el concesionario automotriz donde compró su vehículo, se beneficia el asesor del concesionario o director comercial, se beneficia el asesor de la transportadora y se beneficia la transportadora. Su deseo y su necesidad de tener otra fuente de ingresos, enceguece la realidad de un problema social en la que hoy viven miles de propietarios y conductores de estos vehículos.
Le contaré sobre mí no grata experiencia: un amigo de infancia, a raíz de un comentario que hice sobre unos recursos que llegaban, me sugirió que invirtiera en un vehículo de servicio especial. ¡Es el mejor negocio que existe en el momento y el más seguro! (así me dijo). Ya que soy un hombre de familia, lo consulte con mi futura esposa, quien me sugirió que averiguara mejor sobre el tema (creo que no le hice caso). Este amigo, me llevó a un concesionario automotriz, donde precede de buenas relaciones con el área comercial y quienes me aseguraron que era una excelente inversión.
Por su puesto, la emoción se apodero de mí, al ver que me iba a ganar más de $4.000.000 al mes, tomé la decisión de invertir mis recursos y solicitar otra parte al banco. Ese amigo que trabajaba para una empresa transportadora como asesor comercial de captación de incautos, me acompañó durante todo el proceso de compra del vehículo, hasta el día que me fue entregado.
El 16 de septiembre de 2016, fue un día cargado de emociones, pues iba a recibir mi vehículo y de paso un nuevo ingreso. Ese mismo día, traté de comunicarme con mi asesor comercial de la transportadora, ese amigo de tantos años de estadio y fútbol capitalino, nunca hubo respuesta por parte de él. Después de tanta insistencia, me solicitó reunirme en su oficina, donde me aseguró que el contrato laboral de mi vehículo no era con ellos directamente, situación que me increpó de gran manera, pues había sido engañado con un falso vínculo laboral en esa transportadora. ¡Fui estafado y engañado por estos rufianes! De paso me sugirieron que trabajar bajo mi responsabilidad con la plataforma más perseguida del momento “UBER”.
Desde que usted se acerca a un concesionario automotriz para cotizar un vehículo de trabajo está siendo engañado, estas empresas que trabajan de la mano y con la permisividad de la norma generan un problema social en el país. Este problema es el tener que trabajar bajo la sombra de las aplicaciones tecnológicas del transporte, acercar a un usuario cuando el taxista no desea llevarle, vender sus vehículos por debajo del precio real para no perderlo todo o peor aún, perderlo todo, porque no existen alternativas de trabajo real y el banco secuestra el bien por falta de pago.
El negocio de estas dos empresas es vender vehículos de manera indiscriminada, sin que exista un control real por parte del Gobierno Nacional, pues el concesionario y la transportadora tienen la autonomía de venderle a usted el vehículo que desee, y que este homologado para ser de servicio especial. Todo por una comisión y una ganancia.
Por otro lado, el negocio de la transportadora está en la venta de un falso cupo, que en realidad son unos derechos de afiliación, y que genera un cobro ilegal por encima del costo real del trámite, donde se le entrega un contrato, un pagaré en blanco (en caso de comparendos administrativos o infracciones al transporte), una tarjeta de operación nacional y unas pólizas de responsabilidad civil contractual y extra-contractual. Otro ingreso económico es el rodamiento, ¿por qué cobrar un rodamiento si en realidad mi vehículo nunca tuvo trabajo? Es algo que el Gobierno deberá evaluar, pero si usted nunca ha cancelado dicho rodamiento, el mismo Gobierno permite que sea desvinculado de la empresa transportadora. Ahora como negocio y revistiendo aprovechamiento de usted como incauto, estas empresas se están lucrando con el trámite de cambio de servicio (placa de servicio público a particular), que desfachatez, ¿no?
Por último y agrandando más el problema social que vive el sector del transporte especial, se encuentra la persecución hostil de la Policía de Tránsito a estos. Donde la gran mayoría de procedimientos afectan y violan los derechos de los ciudadanos, tipificando delitos como prevaricato por acción y omisión, abuso de autoridad, fraude procesal suplantación de funciones, daños morales y en contra de la buena fe, violación al derecho del debido proceso, etc. Todo por cumplir su meta diaria, y así poder obtener beneficios en la institución. Cabe aclarar que esto no es excusa para que usted propietario o conductor pase también por la faja la normatividad vigente, ya que, así como usted tiene derechos, también tiene deberes.
Mi consejo es que si usted desea invertir no lo haga en este sector de la economía, no se deje engañar, no trague entero y busque otras alternativas de inversión, pues podría hacer parte de esos miles de estafados y su amigo asesor se convertirá en enemigo. Y si usted fue estafado, robado, engañado y afectado por la mafia del transporte especial, le invito a que inicie un proceso judicial ante las entidades públicas, sin importar el tiempo que dure el proceso, pues “de usted también dependen los recursos de otros futuros engañados”.