La maldición que cae sobre Lionel Messi

La maldición que cae sobre Lionel Messi

'Los argentinos siempre descabezan al chico humilde de Rosario'

Por: Mauricio Barriga
julio 06, 2015
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La maldición que cae sobre Lionel Messi

El nacido en Rosario (Argentina), el de padres humildes (padre: operario de una fábrica y madre: Aseadora), el amante de la música reggae y de la banda argentina Los cafres, ese que en sus tiempos libres toca la guitarra junto a su hijo pensando en cómo hacerle triplete a Iker Casillas y en cómo hacer paredes con Neymar. Ese niño, que desde pequeño fue creado para hacer goles lindos, llamado a ser grande y hecho para ganar todo. No todo le fue fácil o sí, pero no con Argentina.

Su vida futbolística, destacada por el poco apoyo de su pueblo argentino, empezó relativamente a la edad de 13 años cuando voló a Barcelona, ya cargando en sus hombros las pesadas maletas de la exclusión, discriminación y del poco apoyo que recibía del fútbol argentino. Siendo un adolescente llegó a Barcelona, sin amigos, tímido, pero sí con su ‘zurda de oro’ y con muchos sueños que en su natal Argentina los veía frustrados y sin futuro desde pequeño.

Barcelona (España) fue la ciudad que le dio todo lo que necesitaba y le puso todo a sus pies y, lo más importante, su tratamiento profesional orientado a su crecimiento. El argentino, criado en la masía del Barcelona (junto a Fábregas), con pensamiento y estilo europeo, creado y entrenado solo para jugar en máximo con el Barcelona F.C, tomó la peor y maldita elección de su vida: jugar con la selección Albiceleste. Fue a la edad de 17 años que le dieron la posibilidad de elegir entre su España que le había dado todo: sueños, planes, metas, amigos y un mínimo de dos mundiales de fútbol en su mochila; y, por el otro lado, estaba la 'malparida' selección Argentina que no le había dado nada desde chico, aunque sí lo tildaban como el sucesor de Maradona. Y sí, como todos lo saben, eligió la Argentina, eligió el barro, eligió su propia maldición, eligió el nacionalismo Argentino desbordado que solo se quiere a sí mismo, el desagradecido, el país en el cual creen que los jugadores le deben al público y que la gente puede hacer lo que quiera con el fútbol. Qué equivocados están. Los jugadores de fútbol no le deben a nadie, nosotros le debemos a ellos.

Luego de su maldita elección, su trayectoria empezó en aquel suramericano de Colombia en el año 2005, en el cual Colombia fue campeón y que aún nos acordamos del ahora desvalorizado y apodado Hugol Rodallega. Suramericano que dio la clasificación a Argentina al Mundial sub-20 en Holanda.

Haciendo trizas a los rivales, sumando caderas rotas y haciendo pensar que personas como yo alguna vez ganaremos el balón de oro por la facilidad en como hace los goles, sacó a la selección Argentina campeona del sub-20 y, además, quedó como estrella indudable y goleador del certamen, por encima de jugadores como Radamel Falcao y Fernando Llorente.

Siguiente parada: Mundial del 2006. Y “cómo no llamar al chico Messi”, esbozaban los resultadistas periodistas argentinos, cargándole poco a poco la historia fracasada al joven de 19 años. De la mano de Pékerman jugó poco, su figura era Juan Román. La ‘pulga’ lo miraba desde el banco. Fracaso total nuevamente de la Argentina, tras la eliminación en cuartos de final frente a Alemania. Con un Messi joven pidiendo oportunidad.

Su primera alegría y última con la mayores en su camino maldito con la Blanquiceleste, fue aquella medalla de oro de los olímpicos en Beijing, en cual fue figura con sus grandes amigos: el Kun y Angel Dimaria, ganando la medalla de oro olímpica.

“Llegó el gran mundial para la selección Argentina”, titulaban los periódicos argentinos. La gran oportunidad para Lionel era el Mundial Sudáfrica 2010. El niño de Rosario ya estaba maduro, grande, ganando todo con Barcelona, balón de oro y , además, el Dios de la Argentina, aquel que reemplazó al 'Coco' Basile y que logró una angustiosa clasificación al mundial. Era Diego Maradona. Se decía que era el as bajo la manga, que este iba a romper la sequía de títulos de la Albiceleste y que, además, Diego serviría de consejero importante y de darle su confianza como su nuevo sucesor para que Messi explotara su potencial como alguna vez lo hizo 'el Pelusa' en el 86.

¿Y qué sucedió? ya todos saben. Eliminación nuevamente y goleada frente a su maldición. Alemania entró a cuartos de final. La frustración a flor de piel. Se escuchaba y se leía: "Pecho frío, no servís. Afuera lo ganás todo acá no. Vete, mala leche". Messi no era feliz. Se le veía triste y cabizbajo.

Unos de los golpes más bajo de la selección Argentina, que sentenciaba la maldición de Messi con su pueblo argentino malagradecido, era la Copa América 2011. Anfitriones. Todo para ganarlo. Era la oportunidad de Messi, replicaban los Argentinos. Tan solo se jugaban tres partidos del certamen y Messi ya era criticado, no mostraba su potencial. Los mensajes contra él eran múltiples. Llegaron los cuartos de final, el clásico del Mar del Plata. Uruguay y Argentina: lindo marco para que Messi apareciera, decían los hipócritas argentinos amantes del fútbol. Ya saben qué sucedió: Argentina fue descabezado en penales.

Qué doble moral argentinos 'malparidos', quienes convierten por el resultado más cercano a alguien en fracasado y no tienen memoria para recordarlo como ídolo. Solo les gusta Maradona porque esnifaba cocaína y alzaba su última copa en México.

El Mundial Brasil 2014 era la ilusión de hacer un Maracanazo Argentino. Se olvidó todo sobre aquel fracaso de su ídolo Maradona en Sudáfrica. Ya comandados por Sabella, empezó este nuevo rumbo. Messi ganando balones de oro, champions, ligas, todo.

Argentina, con el mismo esquema tosco de Bilardo "que solo juegue el mejor", de la frase “Messi y diez más”, encararon todo. Lo que no sabían es que Lionel solo juega a su máxima expresión con el Barcelona F.C. Afortunadamente, ni Messi es Maradona, ni Maradona es Lionel.

Jugando mal, Argentina logra la final y ya saben con quién, con el mundo de maldiciones de la Argentina. La Albiceleste pierde la final. Duro golpe, durísimo. Y nuevamente el descabezado es ese chico excluido que no lo apoyaron cuando pequeño, el niño que pudo haber escogido la más fácil como Costa, sí, ese, era otra vez sentenciado y criticado fuertemente. Qué lindos que son Argentinos.

El Nocaut. Al estilo Ali frente a Foreman. O a lo Tyson primer round. Sí, fueron los chilenos vestidos de Ali, un gancho de derecha de Alexis a lo Panenka, derrumbó todo nuevamente. La carita de Messi y Mascherano nuevamente llorando. Un pueblo “malparido” buscando culpables, un chico humilde nuevamente descabezado, un grande del fútbol que se puede retirar por sus millones de dólares, pero no, Messi sigue ahí, enamorado de una mujer que no le ha regalado nada. De un país que le ha dado poco.

 

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