De los pocos único actores de Pandillas, Guerra y Paz que ha tenido una carrera consistente es Juan Sebastián Calero. El hijo de Vicky Hernández consolidó una hoja de vida sólida, que lo ha tenido de villano hasta en producciones de series en Netflix. Lo mismo podría decirse de Marlon Moreno, estrella absoluta de la televisión colombiana. Pero la gran mayoría de sus actores han tenido una carrera llena de inconvenientes. La primera tragedia fue la de Luis Fernando Ardila.
A los 48 años, el 19 de septiembre del 2004, le pegaron tres tiros para cobrar el seguro de vida de 100 millones de pesos que dejaría Luis Fernando Ardila. Era un actor super reconocido por sus papeles en Pequeños Gigantes y Gallito Ramirez. En el momento en el que lo mataron salía del teatro La Baranda donde hacía un musical.
Lo de John Álex Ortiz fue aún más desgarrador. Conocido en la serie por su papel de Mateito, una fiesta en el año 2003 terminó en tragedia. Tenía 18 años y recibió tres disparos que acabaron con su médula osea. Desde entonces vive en una silla de ruedas.
Al Javi no le fue tampoco bien. El actor Freddy Ordoñez fue noticia en mayo del 2019 después de ser acusado de su exesposa Johana Plata de maltrato físico y sicológico. Hace rato no hace un protagónico.
A Adrían Jiménez, mejor conocido como Carro Loco en la serie, fue acusado de Estafa por varias actrices a quienes les prometió darles clases de actuación en una academia en Ibagué.
El último en morir fue Rafael Uribe Ochoa que sucumbió a las inclemencias del COVID en junio de este año a los 65 años.
Igual Pandilla y Paz sigue siendo considerado un semillero de actores muy significativo y lleva el sello de calidad que alguna vez tuvo Gustavo Bolívar.