Con la pierna "izquierda", así parece que se han levantado en los últimos días los seguidores del partido Centro Democrático. A pesar de contar con la mayoría de las influencias en los poderes gubernamentales y de tener de su lado a un líder nato como lo es el expresidente Álvaro Uribe, las estrategias que han venido realizando para frenar aquellas acciones que no son de su agrado parecen no surtir efecto, peor aún, parecen estar comenzando a crear una polarización interna en sus propios cuarteles partidistas.
Con la renuncia del fiscal Néstor Humberto Martínez y la negación de extradición del exmiembro de las Farc Jesús Santrich se abre una brecha que remueve los cimientos de la justicia en Colombia, generando una gran polarización en la población, algunos acusando a la rama judicial de ser cómplice de los narcotraficantes y otros, por su parte, defendiendo las decisiones de la JEP en pro de la paz. Lo cierto es que en este “rifirrafe” ideológico los términos terrorista, paramilitar, Petro, Uribe, izquierda, Venezuela, Cuba, comunismo, ultraderecha entre muchos otros, alcanzan a ocupar las posiciones más altas en los escalafones de menciones en redes sociales.
Lo que puede despertar mayor curiosidad al revisar la constante interacción en temas políticos de los colombianos en redes sociales es que al parecer se comienza a crear una división dentro de los propios seguidores del uribismo, acusando al actual presidente Iván Duque de ser ineficiente e incapaz de ejercer su cargo y mantener a raya a los “terroristas”, es tal el descontento ante la gestión de gobierno del actual mandatario que muchos han afirmado estar arrepentidos de haber votado por él y esto se evidencia en las actuales encuestas de favorabilidad que parecen demostrar que el castillo comienza a desmoronarse ¿Lo lograrán salvar?
En algo hay que darle razón a algunos de los seguidores del CD y es que Iván Duque está muy lejos de representar aquellos valores y pujanza que hizo que lo eligieran. Sin mano firme y mucho menos corazón grande, el presidente parece aún no darse por enterado de que lo han elegido como máxime líder de sus ideales y el trabajar, trabajar y trabajar ha sido reemplazado por el aparentar, aparentar y aparentar, porque ante las cámaras nacionales e internacionales nunca duda en hacer gala de su imagen, mientras se codea con grandes empresarios en Sillicon Valley o asiste a encuentros con artistas, la imagen de su partido se desintegra entre escándalos, fracasos y desgobierno.
A pesar que los seguidores del uribismo “rechacen todo lo que huela a izquierda” deben aceptar que, tal y como sus opositores lo anunciaron en un principio, al darle un cargo con tanta responsabilidad a alguien sin experiencia y convicción solo porque los líderes de su partido lo anunciaron como lo mejor, están llevando no solo a que el país se suma más en la violencia o la pobreza, sino que se están encargando de destruir su propia imagen, su propia ideología y su propio partido…