La mala hora de Semana

La mala hora de Semana

¿Cómo ha llegado a este malhadado momento la revista que otrora fue una de las más prestigiosas del país?

Por: John Morón Torres
mayo 25, 2021
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La mala hora de Semana
Semana

Semana, con una historia de 77 años de periodismo y relatora de los acontecimientos más importantes del país, hizo un salto al vacío en el 2019 al nombrar a Vicky Dávila de Gnecco como su directora editorial, provocando en su momento la renuncia masiva de periodistas destacados en el ámbito nacional.

¿Pero cuál es la historia de la revista?, ¿cómo llegó a este malhadado momento?

En Colombia, entre 1930 y 1946 los liberales gobernaron, conociéndose este periodo como la Republica Liberal; siendo el último presidente de este periodo Alberto lleras Camargo, conocido como el monarca. En 1938, este periodista de profesión inauguró un diario llamado El Liberal, y en 1946, después de dejar la presidencia, fundó una revista llamada Semana. Esta fungió como vocera del ideario del Partido Liberal, contó con la participación del gran periodista Alberto Zalamea, circuló hasta 1961 y tuvo como su último director a Fernando Guillén, padre del actual comunicador Gonzalo Guillén.

En la década de los setenta, Felipe López Caballero quería crear una revista tipo Time, pero su padre, Alfonso López Michelsen, ganó la presidencia y lo nombró secretario presidencial, por lo cual no pudo cristalizar su proyecto y tuvo que postergarlo. Sin embargo, comenzando los años ochenta, López Caballero decidió comprar los equipos de trabajo de la revista Alternativa, que funcionó desde 1974 a 1980 y que entre sus fundadores tenía a Gabriel García Márquez.

En ese momento, López Caballero decidió pedir la autorización para utilizar la marca Semana a Alberto Zalamea y al expresidente Lleras Camargo, siendo sin ninguna demora otorgada. La revista se posicionó rápidamente en la década de los ochenta debido al cubrimiento de los diferentes hechos nacionales como la muerte de Lara Bonilla y de Carlos Galán, la toma del Palacio de Justicia, los atentados terroristas por los carteles de la droga, entre otros.

Desde los noventa hasta hoy se realizaron grandes cubrimientos como la asamblea nacional constituyente, la redacción de la constitución de 1991, el proceso 8.000 de Ernesto Samper, el fallido proceso de paz de Andrés Pastrana, las Farc, el Eln, el paramilitarismo, la elección de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, el proceso de paz de La Habana, entre múltiples hechos relevantes.

Ahora bien, en 2019, Semana, que hace parte de un conglomerado llamado legalmente Grupo Publicaciones Semana S.A. (que también posee otras revistas como Dinero, Soho, Fucsia, Jet Set, Semana Rural, Arcadia, entre otras), dio a conocer que la mitad de sus acciones fueron vendidas al Grupo Gilinski por un valor de 18 millones de dólares. Sus nuevos propietarios son Jaime y Gabriel Gilinski. Cabe anotar que los Gilinski se registran como una de las familias más ricas de Latinoamérica y es dueña de grandes empresas: Surameris, Servibanca, Servivalores, Servitrus, Yupi S.A., Rimax S, A, Hoteles Charleston, Hoteles Villa Magna España, entre otros.

En noviembre de ese mismo año, Vicky Dávila renunció a la W Radio para incorporarse a Semana e impulsar su nuevo formato digital. Mostrando su verdadera posición política y perdiendo toda objetividad, empezó a utilizar sus micrófonos para defender al expresidente Álvaro Uribe y al Centro Democrático. Esto trajo problemas internos entre colegas por las diferencias en la nueva línea editorial. De hecho, varios periodistas renunciaron, como fue el caso de Daniel Samper Ospina, Daniel Coronell y Ariel Ávila.

No obstante, lo que no se pensó fue la renuncia de Ricardo Calderón, quien pretendía asumir como nuevo director, ya que Alejandro Santos pasaría a la presidencia de la revista. A raíz de este suceso fue nombrada directora de la revista Vicky Dávila, lo que generó el rechazo e inconformismo de los periodistas de esta casa editorial, generándose una renuncia masiva, entre ellos: María Jimena Duzan, Vladdo, Rodrigo Pardo, Antonio Caballero, entre otros.

Desde ese instante toda la sociedad colombiana supo en manos de quiénes quedó la revista y qué tipo de periodismo y línea editorial nos esperaba. Esto se evidenció escandalosamente desde que a Álvaro Uribe se le emitió una orden de detención preventiva por las supuestas dádivas a testigos para cambiar su versión ante lo investigado y a su vez supuestamente incriminar con falsos testigos al senador Iván Cepeda. Desde ese momento hasta hoy, la revista ha defendido abiertamente la presunta inocencia del sindicado.

Colombia ha tenido un año difícil debido a la pandemia que ha traído consigo un gran problema social, político y económico que tiene a la mayoría de la población en la pobreza y que ha generado un déficit fiscal. En consecuencia, Iván Duque presentó una reforma tributaria para recaudar más de 23.4 billones de pesos, lo que generó en la población una reacción airada por considerarla nefasta y abusiva. Esto llevó a las calles a la ciudadanía, en especial a los jóvenes, para manifestarse. Se le solicita al gobierno que sus peticiones sean escuchadas mediante una mesa de acuerdo nacional.

Las calles llenas de manifestantes, fuerza pública y algunos infiltrados han llevado a una situación difícil de orden público, y la revista ha intentado criminalizar a los manifestantes llamándolo vándalos. Sin embargo, eso no fue todo. Paralelamente, a través de todas sus secciones, ha señalado al candidato presidencial Gustavo Petro Urrego como promotor y hostigador de la violencia. Vale señalar que en las últimas encuestas este ha liderado la intención de voto, lo que lo pone prácticamente a la cabeza para llegar a la Casa de Nariño este 2022.

Y ahí no paró la cosa. Este 22 de abril la revista sacó en su portada a Gustavo Petro diciendo “Petro, Basta ya”, lo cual ha contado con el rechazo de múltiples sectores que infieren que este titular puede poner en riesgo la vida del actual senador. De hecho, ante esto su hijo Nicolás Petro Burgos, diputado del Atlántico, se pronunció: "Si algo le llega a pasar Gustavo Petro responsabilizo a revista Semana y a Uribe. Ese llamado Petro, Basta ya, es una orden algún demente jale el gatillo. Su estrategia es llenar de odio a la ciudadanía en contra de Petro y la Colombia Humana”.

Por eso debemos de una vez por todas comenzar a cerrarles las puertas a estos medios que no son imparciales, en especial a esta revista adocenada y servil al poder político más radical, sectario y atrasado de este país que busca el unanimismo de la información con la concentración de todos los medios de comunicación. Por eso debemos decir no más a periodistas como Vicky. Como dijo Gabriel García Márquez, “la ética debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón, pero es inevitable a la revista Semana le ha llegado la mala hora”.

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