La precarización de las condiciones de los trabajadores del sector de la salud avanza de forma incontenible. Contratos leoninos, largas jornadas de trabajo y salarios estáticos son algunos de las adversidades que el recurso humano en salud tiene que afrontar en el día a día en Colombia.
En las condiciones actuales, bastante critica, por cierto, médicos y enfermeras han manifestado el pésimo estado de los implementos de bioseguridad para hacer frente a la pandemia. En muchos hospitales y clínicas no se cuentan con los elementos indispensable para atender el creciente número de enfermos.
Es probable que muchos profesionales de la salud se encuentren expuestos a la enfermedad e incluso infectados y permanezcan asintomáticos, a esto se suma la falta de oportunidad en la toma de laboratorios para identificar el virus. En Cali hay alrededor de 800 muestras esperando ser procesadas por los laboratorios. Y como si fuera poco se ha despertado una especie de fobia al personal de salud por creer que se comportan como focos de contagio. Han aumentado las denuncias de matoneo al personal de bata blanca.
Las autoridades de salud han sido claras en las medidas que debemos seguir para evitar una situación crítica, y como sociedad civil debemos apoyar el compromiso de médicos y medicas, enfermeros y enfermeras y auxiliares que son la primera línea de contención del virus.