Iván Lalinde, reconocido personaje de la televisión colombiana, ha tenido dificultades en los últimos años para encontrar una posición fructífera luego del fin de El Precio es correcto (Canal Caracol, 2011-2014). Durante 4 años presentó este programa cuyas cifras de rating solo se podían explicar por su audiencia: los restaurantes, que sintonizaban por defecto el programa para acompañar la digestión de las tardes de los almuerzos colombianos.
Era eso o ir a un restaurante donde solo venden productos Postobón. Difícil labor tenía él, se le reconoce por tratar de llenar el vacío que había en los comensales luego del fin de Padres e hijos.
El señor Lalinde, exactamente hace dos años, presentaba un proyecto en el mismo canal llamado Día a Día en familia: un fracasado programa de variedades y entretenimiento en el que "se busca la integración de las familias donde el principal protagonista sea la diversión". Naufragó a los dos meses porque, increíblemente, logró bajar la audiencia de los fines de semana. En realidad fueron los furibundos fans de Cuentos de los hermanos Grimm los que no le perdonaron al canal que lo dejaran de transmitir
Buscando nuevos rumbos Lalinde se dejó seducir de la propuesta de Yamid Amat para reestructurar el Canal Uno. Hace un año veíamos a Iván presentar en esa casa noticias desde las 5:30 a.m., un magazín hasta las 9:00 a.m. y cápsulas informativas cada hora.
Para los televidentes no terminó de cuajar que quien antes regalaba carros, digo ¡carrazos!, ahora explicara los factores macroeconómicos que originaron la subida del dólar y cómo eso estaba afectando a la mediana empresa. No duró ni un año allí: en plena emisión en vivo sorprendió a la audiencia con una inesperada despedida.
Sorprendidos también quedaron sus colegas de set, con excepción de Lucho Garzón, a quien no le conocemos expresión alguna en su rostro, cuando argumentó "un tema profesional".
Ahora Lalinde funge como "director creativo de entretenimiento" de RCN, canal absolutamente caído en desgracia y en rating, y desde hace unos días los colombianos lo pueden ver como presentador del matutino El Desayuno, programa que viene a ser exactamente lo mismo que Muy Buenos Días, pero con caras nuevas y más y trap.
Al canal, o a Lalinde en ese cargo inexplicable, luego de haber echado por la puerta de atrás a Jota Mario, compañía y su programa de 16 años al aire se le ocurrió un duplicado como alternativa. El experimento, como lo han demostrado las cifras, fue un completo fracaso: toda la semana ha sido duplicado en rating por el programa del canal rival Día a Día.
Cabe preguntarse con qué se rellena un programa en vivo de tres horas que se sintoniza por defecto en los salas de espera de las EPS. Además, el día del estreno de El Desayuno a su competencia se le ocurrió celebrar (en septiembre) y también en vivo el cumpleaños número 46 de Sábados Felices, programa que salió al aire en febrero de 1972
En tres años Lalinde acumuló tres grandes fracasos en su hoja de vida, siendo el último el peor de todos: aceptar una plaza en RCN, al que ojalá próximamente podamos llamar canal RCN en liquidación. Desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo