¿La mafia real Borbón?

¿La mafia real Borbón?

¿Los casos de corrupción que involucran a la corona española y que han salido a la luz pública en estos días serán la tumba de la monarquía?

Por: Carlos de Urabá
septiembre 09, 2020
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¿La mafia real Borbón?
Foto: Irekia - CC BY 2.0

“Los españoles tenemos una deuda eterna con quien durante 40 años ha ocupado la jefatura del estado. España bajo el reinado de Juan Carlos I ha alcanzado las más altas cotas de paz, progreso y prosperidad. La presunción de inocencia es un derecho en toda democracia que se precie de serlo”, Felipe González, expresidente de Gobierno.

 Se impuso el mito del rey que trajo democracia (restauración borbónica): “Juan Carlos es el artífice de la transición democrática”, “negar la realidad es negarnos a nosotros mismos, y hacerlo con la historia de España es negar nuestra democracia y libertad”, “fue la monarquía parlamentaria la que construyó nuestra democracia" y "fue la monarquía parlamentaria la que nos entregó la soberanía al pueblo español”, Luis María Ansón, escritor monárquico. La prensa aduladora y la casta política fascista se encargó de forjar en don Juan Carlos un halo de divinidad. Y es que el caudillo el 31 de marzo de 1947 define a España como un Estado Católico y Social que se constituye en Reino. Franco, como rey regente o jefe de estado vitalicio, se reservaba la opción de nombrar su sucesor. Para legitimar “democráticamente” a la dictadura, la ley de sucesión fue sometida a referéndum el 6 de julio de 1947 obteniendo el 93% de los votos.

El rey Juan Carlos al comienzo de su mandato contó con la complicidad de los poderes fácticos; banqueros, empresarios, cúpula del ejército franquista, aristócratas, el clero más reaccionario, y especialmente del falangista reconvertido en demócrata Adolfo Suarez. Más adelante el líder del PSOE (falangista moderado), Felipe González, su gran chambelán, lo elevó a los altares. Los medios de comunicación oficiales a base de una campaña de manipulación sin precedentes impusieron el sublime dogma del rey salvador de España, el estadista ejemplar, con una reina ejemplar, con una familia ejemplar, es decir, el rey bueno, magnánimo y honesto. Que elegante y que porte mayestático, si es la misma imagen del Cid Campeador. Los poetas palaciegos le dedican loas épicas a tan ilustre prócer. Al pueblo español ni se le nombra, no tiene ningún protagonismo pues solo son los extras de una vulgar farsa bufonesca. Dizque Juan Carlos I es un rey para todos los españoles sin importar clases sociales, inclinaciones políticas o creencias religiosas. Un rey que jamás condenó la dictadura franquista, que jamás condenó sus crímenes de lesa humanidad, que jamás condenó los asesinatos y torturas, que jamás condenó las penas de muerte, que jamás condenó la represión, las desapariciones o el oprobioso destierro de millones de personas. El miedo inducido por 40 años de franquismo ha surtido el efecto deseado.

La transición tuvo tres pilares básicos: impedir la república, el federalismo y el protagonismo de la izquierda que se había distinguido por su tenaz lucha antifranquista. Todo ello obedecía a la voluntad de los militares golpistas continuadores de una tradición que se remonta a la época de los Reyes Católicos. “La democracia viene de la legitimidad del franquismo”, Pio Moa, historiador ultra.

El punto más álgido de su reinado llegó con el escándalo del safari en Botswana. Ardiente aventura que se encargó de organizar -por la módica suma de 50.000 euros- su examante la serenísima princesa Corinna que trabajaba en la agencia Rann Safaris. Ella haciendo gala de su extraordinario don de gentes captaba a los clientes de alto standing para llevárselos de cacería a África. Don Juan Carlos todavía guardaba esperanzas de reeditar ese idilio apasionado que le partió el corazón. Aunque eligieron el peor momento pues en ese año 2008 se desató sobre el reino de España una desgarradora crisis económica.

Al terminar una cena en la que celebraba junto a nobles y acaudalados hombres de negocios su magnífica puntería al abatir un elefante de casi 4 toneladas, un desafortunado suceso lo iba a marcar por el resto de su vida. Los excesos etílicos se le subieron a la cabeza y cuando presuroso se dirigía a sus aposentos de la mano de la serenísima princesa Corinna “accidentalmente” perdió el equilibrio y cayó al suelo cuan largo es con tan mala fortuna que se partió la cadera. Inmediatamente se dispararon las alarmas ¡Alerta! El jefe del estado ha caído mal herido en acto de servicio. ¿Cómo ocultar este escándalo tan mayúsculo y maquillar unos acontecimientos tan comprometedores? El CNI tomó cartas en el asunto pues la estabilidad de la corona corría un alto riesgo. No iba a ser fácil engañar a los medios de comunicación, “don Juan Carlos preocupado por la fauna africana en peligro de extinción viajó hasta Botswana donde tuvo un pequeño percance al intentar fotografiar a una manada de elefantes”. El rey demostraba así su pundonor y su enorme sacrificio por Dios y por España. Este suceso destapó las aventuras del rey con Corinna que prudentemente tuvo que desaparecer del mapa.

Abu Dabi y Dubai son ciudades artificiales y futuristas que nos deslumbran con sus grandes rascacielos y espectaculares obras de ingeniería, ciudades levantadas en medio del desierto por miles de emigrantes esclavos inmisericordemente explotados por los jeques déspotas. EAU es el paraíso del capitalismo, libre de impuestos, uno de los santuarios más seguros del capital global y guarida de advenedizos, corruptos evasores que vienen a lavar el dinero negro, capos de la delincuencia internacional, mafias de la droga o la prostitución tanto del primer mundo y del tercer mundo. 

Es una vergüenza que el fiscal suizo Bertossa obligue a la Fiscalía del Tribunal Supremo de España a investigar a Don Juan Carlos I por cobro de comisiones ilegales del contrato millonario de la construcción del AVE a la Meca. Además, de maniobras de lavado de dinero y evasión fiscal. Delitos por los cuales el rey emérito podría acabar sentado en el banquillo de los acusados.

Poder político, poder económico se alían para contribuir al éxito de esta lucrativa empresa familiar Borbón S.A. El Real Instituto Elcano, el Ibex 35, las multinacionales, los empresarios, los banqueros, terratenientes. La camarilla palaciega más parecida a esas mafias de Al Capone, Lucky Luciano y Vito Corleone. Esto es solo el principio y si se sigue tirando de la madeja seguro que nos deparará muchas sorpresas. Ahora caemos en cuenta que la jefatura del estado estaba a cargo de un empresario y no de un rey.

Corinna residió durante bastantes años como invitada de honor de don Juan Carlos en la finca Angorrilla en el Pardo, muy cerca del palacio de la Zarzuela. El rey emérito le tenía tal confianza a su novia que la nombró su “administradora adjunta” para que se hiciera cargo del cobro de comisiones. Además, le encomendó la suprema misión de encontrarle un trabajo digno a su yerno Urdangarin ya que no tenía una gran experiencia en el mundo de las finanzas. Podríamos afirmar que ella fue la planificadora del Instituto, “sin ánimo de lucro”, Noos que estaba bajo la supervisión de su majestad el rey. Corinna en sus delirios de grandeza exigió ser reconocida socialmente como la mujer de don Juan Carlos I.

Juan Carlos I se había tomado muy en serio su relación con Corina y la pasión se acrecentó irrefrenablemente hasta el punto de que le prometió casarse con ella. ¡¡¡Corinna reina de España!!! Y así se lo comunicó el rey emérito a sus hijos en una cena en el restaurante El Landó del Rey que pretendía divorciarse pues se había enamorado de una princesa alemana. Lo que no les dijo es que además la utilizaba como testaferro para sus negocios privados. Las comisiones reales las autorizó Franco para que se le pagara un porcentaje a don Juan Carlos por cada barril de crudo procedente de Arabia Saudita. Sus estrechas relaciones con las monarquías del golfo permitieron sortear a España la crisis petrolífera del año 1973. Luego este acuerdo o prebenda lo siguieron respetando Suárez y Felipe González.

Según su amante (que es la que mejor lo conoce pues por algo compartió el lecho nupcial) la ambición del rey no tiene límites y padece una irrefrenable adicción al dinero más propia de un avaro y mezquino usurero. “No hay nada de amor, toda gira en torno al dinero”. Euros, dólares, lingotes de oro, perlas, diamantes, zafiros o esmeraldas. La clásica trilogía, dinero, lujo y fornicación. Si cada vez que iba al Golfo Pérsico volvía con las valijas cargadas de petrodólares que pasaban sin ningún control por la base aérea de Torrejón. ¿A ver quién se atreve a revisarle las maletas al rey en un aeropuerto? Entre las innumerables donaciones y regalos que ha recibido don Juan Carlos por parte de sus hermanos jeques, reyes y príncipes árabes hay que reseñar un yate, un palacete, dos ferraris, caballos pura sangre, joyas o maletines con premios sorpresas.

A partir de los episodios de sus infidelidades con Corinna y el caso Urdangarin provocó que en el 2014 tuviera que abdicar. Él se negaba de lleno a renunciar a tan alta investidura que había jurado ocupar hasta la muerte. Pero a sus propios consejeros y los líderes de partidos políticos constitucionalistas le advirtieron que si no lo hacía la monarquía podría naufragar.

En su discurso de abdicación don Juan Carlos se refirió a su hijo de la siguiente manera: “tiene la madurez, la preparación y el sentido de responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza” a renglón seguido añadió: “Además contará con el apoyo incondicional de la princesa Letizia”. “Es el momento del relevo que tomará una generación más joven que traiga esperanzas en estos momentos de crisis Los más fundamentalistas le reclamaron: “Un Borbón sigue siendo rey hasta que muere en la cama”, algo que coincide con el consejo que le dio en su día su pariente lejano la reina Isabel de Inglaterra.

Don Juan Carlos I y Corinna se conocieron en un torneo de tiro en la finca La Garganta en Ciudad Real (lugar de encuentro de poderosos para hacer negocios e intercambiar información importante) donde su majestad tenía problemas con su arma pues no disparaba y ella amablemente le explicó el correcto funcionamiento del mecanismo de percusión. Lo cautivó con su belleza, su clase e inteligencia. Fue amor a primera vista -más tarde confesaría ella. La despampanante serenísima princesa Corinna con sus malas artes hechizó a su majestad ¿quién puede sustraerse a la tentación de esa bomba sexual con un cuerpo de ensueño y esos labios lúbricos que quitan el sentido? Don Juan Carlos ya bien entrado en su edad madura no podía renunciar a cobrarse este trofeo de caza mayor. 

A Juan Carlos y Corinna los unía la pasión por los viajes exóticos, la fina gastronomía, los costosos regalos y los negocios millonarios. La pareja se dedicó a los viajes oficiales y privados en los que visitaron enclaves como Tahití, Bora Bora, República Dominicana, Barbados, Los Ángeles, Abu Dabi, Botswana o Suiza. Y a disfrutar de la dolce vita en los guateques, las fiestas y torneos de caza, estaciones de esquí, los grandes eventos gastronómicos regados por los mejores vinos y champagnes. Y los fines de semana de shopping en París o Londres. Todo este tejemaneje lo sabía desde un principio la policía española (UAI) y el CNI (servicios secretos) pero callaron, lo escondieron para proteger la “honra y el honor” de la corona.

El rey emérito recibió una comisión secreta de Arabia Saudita de 100 millones de dólares (que según la tradición saudí entrega a otras monarquías en prueba de amistad) por la construcción del AVE a la Meca. Monto que se transfirió a la fundación panameña Lucum manejada por un gestor Fasana y el abogado Canónica. Los testaferros del rey emérito intentaron blanquearla a través del sistema financiero helvético (banco suizo Mirabaud). Comisiones, por supuesto, fuera del alcance de la Hacienda española. Lo cierto es que los empresarios españoles tuvieron que desembolsar 220 millones de dólares para conseguir el contrato de la línea férrea de alta velocidad Medina-Meca.

¿Y quién ha sido el artífice de este milagro? nada menos y nada más que don Juan Carlos I gracias a sus contactos y buenas relaciones con los presidentes, primeros, ministros, reyes y príncipes, jeques o emires. Su majestad ha fungido como exitoso lobista de la marca España obteniendo jugosos contratos en el área del gas, el petróleo, armamento, la construcción, las infraestructuras, electricidad, abastecimiento hídrico o energías renovables.

Recordemos que el primo del rey don Álvaro de Orleans se embolsó en las 2003 jugosas comisiones por la venta del banco Zaragozano al Barclays tasadas en 50.000.000 de francos suizos. (Desde luego tuvo un padrino que le echó una mano) El fondo de la fundación Zagatka tiene como primer beneficiario era Álvaro de Orleans-Borbón, como segundo Andrés de Orleans-Borbón y San Martino y como tercero Juan Carlos de Borbón y Borbón. Con estos fondos el rey emérito financiaba, por ejemplo, el alquiler de jets privados y los hoteles de lujo. También en el 2009 cobró las comisiones de la constructora OHL como intermediario de la venta de unos terrenos en Playa del Carmen en México por un monto de 4,2 millones de euros. Álvaro de Orleans ha ejercido el papel testaferro del monarca usando varias cuentas suizas a su nombre para esconder su onerosa fortuna y, claro, recoger los rentables intereses y dividendos del “mejor embajador de España en el mundo”. Da la casualidad que las cuentas de su padre, su alteza don Juan de Borbón, también estaban domiciliadas en Suiza donde sus hijos recibieron su herencia millonaria que tampoco tributó en España. El supremacismo borbónico desprecia cualquier atisbo de legalidad.

Corinna confesó que Juan Carlos I “en agradecimiento a los servicios prestados a la corona” le regaló 65 millones de euros que ella recibió en la cuenta de un banco suizo en Bahamas. “Fue por amor y gratitud” -conmovedor argumento que zanja cualquier duda malintencionada. La serenísima princesa aduce que cuidó del rey emérito en sus peores momentos cuando convalecía de una importante operación que le extirpó en el 2010 un nódulo pulmonar. Su majestad en correspondencia por sus desvelos y para asegurar el futuro de sus hijos le transfirió tan exorbitante cantidad de euros. Parte de esta suma la utilizó para comprarse una casa de campo señorial en el oeste de Inglaterra valorada de 6.7 millones de euros.

El peligro número uno para la estabilidad del régimen del 78 no es ETA, ni los terroristas islámicos o los separatistas vascos o catalanes sino la bella examante del rey emérito Corinna Larsen. Ella posee secretos capaces de desestabilizar la monarquía borbónica y quién sabe si hundirla en lo más profundo del océano. De ahí que el máximo objetivo del CNI sea neutralizarla, es decir, callarle la boca para que no siga manchando el buen nombre del rey emérito y su hijo el rey Felipe VI, beneficiario de las fundaciones Lucum y Zagatka (si falleciera su padre) investigadas por blanqueo de capitales. El director del CNI (hasta julio del 2019) Sanz Roldán, general inescrupuloso de corte franquista, personalmente le “recomendó” a Corinna que rompiera con el rey pues “comprometía la seguridad nacional”. Si no obedecía su consejo, que se atuviera a las consecuencias. Traducido del lenguaje gansteril “que podría pasarle algo muy malo” a ella y a sus hijos. Acto seguido comenzó a recibir amenazas de muerte por email o por teléfono. Sanz Roldan sabe utilizar muy bien las tácticas de terrorismo de estado que aprendió durante los años más sangrientos de la lucha contra ETA. Ella denunció que un grupo de mercenarios saquearon su apartamento de Mónaco (Operación Mónaco) buscando documentos comprometedores (múltiples e ilegales negocios internacionales) que al parecer obraban en su poder, Y toda esta campaña de acoso se lanzó por órdenes del despechado rey Juan Carlos I. Luego le escribiría a ella el director del CNI a modo de disculpa: “Estamos completamente comprometidos con tu seguridad física”.

Los agentes secretos españoles imbuidos en el patriótico espíritu de por Dios, la patria y el rey van tras la pista de Corinna; la persiguen y la amenazan para que cese sus ataques contra la monarquía. Incluso le advirtieron que a ella y sus hijos podía pasarle algún “inoportuno accidente” como el que le ocurrió en su día a Lady Di.

Felipe VI en una jugada maestra –planificada por el cerebro de la Casa Real Jaime Alfonsín- aprovechando el confinamiento del coronavirus anunció que renunciaba a su hipotética parte en la herencia de su padre y le retiraba la asignación económica que percibe de los presupuestos de la Casa Real. En un intento por capear el temporal y que las aguas vuelvan a su cauce. “En consonancia con la honestidad, rectitud e integridad que rige su actividad institucional y privada y transparencia”. Radical medida que fue saludada con beneplácito por el PSOE, PP, VOX y Cs. “Una decisión valiente y ejemplar”. ¿Pero quién puede creerse esta comedia de que su hijo va a repudiar a su padre al que debe sumisión y respeto? ¿Acaso Felipe VI no ha encubierto sus fechorías? ¿Su amado primogénito va a traicionar al patriarca? 

El día 3 de agosto del 2020 el rey emérito le envió a su hijo Felipe VI la siguiente carta: “ante la repercusión pública que están causando algunos asuntos del pasado relacionados de mi vida privada deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad mi legado y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen. Ahora guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y a sus instituciones y a ti como rey, te comunico mi meditada decisión de, trasladarme, en estos momentos, fuera de España”. “La institución monárquica está por encima de las personas que la encarnan”, expresó el Ministro de Justicia, Juan Carlos Campo. El rey Felipe VI es una persona serena, tranquila, recatada y equidistante al comportamiento de su augusto padre y más próximo al de su madre la reina Sofía que es ejemplo de castidad, prudencia y discreción.

Es increíble que grupos republicanos, o anarquistas no hayan salido a celebrar la huida del cobarde monarca y reclamar en las plazas públicas la caída del régimen. Pero la desmovilización a causa de la pandemia del coronavirus y el fantasma de la bancarrota económica jugó a favor de las huestes realistas. 

Corinna que hoy reside en Londres se encuentra bajo el foco de atención mediática y vive asediada no solo por los servicios secretos españoles sino también por los medios periodísticos ingleses. Tanto la BBC, Daily Telegraph, Daily Mail investigan a fondo y pugnan por una exclusiva sobre la trama que ha estremecido los cimientos de la monarquía borbónica. La prensa española, por el contrario, salvo contadas excepciones, sigue adulando al rey emérito y blanqueando sus tropelías. Es una reacción de orgullo patrio ante los maliciosos ataques de los “enemigos de España”. Don Juan Carlos I es una figura histórica que ha dejado un valioso legado para las futuras generaciones. Ética y moralmente el rey es un techado de virtudes. Los poetas palaciegos entonan loas épicas en homenaje al supremo Capitán General de los ejércitos que aún conserva su porte de guerrero indómito contra el que quiso atentar ETA. El culto a la personalidad, tradición más propia de los regímenes dictatoriales, ha sido su seña de identidad de la monarquía. Como homenaje a los soberanos por decreto ley deben exhibirse sus retratos en los edificios públicos, ministerios, alcaldías y embajadas y para que no quede la más mínima duda de su santidad se han de bautizar con sus benditos nombres hospitales, estadios, calles, avenidas o plazas. Y como si fuera poco los billetes, monedas o sellos de correos grabados con la esfinge del monarca les recuerda a sus súbditos a quien deben rendirle pleitesía.

Juan Carlos I anunció su decisión de abandonar España para “preservar la institución monárquica”. Una decisión pactada con su hijo para exiliarse en Abu Dabi, un país que conoce muy bien y donde es recibido con los brazos abiertos por sus hermanos árabes. Allí estuvo en varias ocasiones junto a Corinna que es bastante famosa entre la prensa árabe pues se creían que era su segunda esposa. EAU es el único sitio en el mundo que le puede garantizar privacidad y discreción pues cuenta con servicios de seguridad muy sofisticados y herméticos. El rey Juan Carlos es invitado de honor de la familia real emiratí eternamente agradecida por sus servicios prestados al país que presenta como un paradigma del desarrollo y el crecimiento económico. Sus hermanos del Golfo Pérsico, con la proverbial generosidad que los distingue, están decididos a complacerlo y le han reservado una suite real de superlujo en el Emirate Palace (cuyo precio es de 11.000 euros la noche) donde solo se alojan grandes magnates y miembros de la realeza.

Don Juan Carlos se ha tomado un paréntesis pues ha sido sometido a un inclemente linchamiento por parte de los medios de comunicación y las redes sociales. Su círculo más cercano dice que está muy agobiado por el estrés que le provoca el vulgar chismorreo de sus súbditos. ¿Dónde queda la presunción de inocencia? Todas estas tensiones han puesto en peligro su salud física y mental. No es posible que cuando disfrutaba de una jubilación dorada, el merecido descanso del guerrero ahora tenga que lidiar con una confabulación bolchevique igual a lo que aconteciera con el zar de Rusia.

Las causas contra el rey emérito las tienen que decidir los jueces y esto es algo que de antemano jamás sucederá pues vamos a ver quién se atreve -por lo menos en España- a sentarlo en el banquillo de los acusados. Por ahora ni siquiera está imputado y el Tribunal Supremo ha rechazado tomar medidas cautelares en su contra. Es inimputable por actos acaecidos antes de su abdicación. La sangre azul cuenta. Seguramente todas las causas se archivarán por falta de pruebas.

Su majestad el rey estaba muy obsesionado con Corinna y tras su distanciamiento -según fuentes de la Zarzuela “esta aventura romántica de amor platónico estaba cancelada”- insistía en verla y le rogó que volviera a su regazo. Pero ella soberbia lo desobedeció pues supo que la había engañado con otra damisela de alta alcurnia. Don Juan Carlos rabioso por la negativa de Corinna de recomenzar el idilio le exigió que le devolviera los 65 millones de euros (de la comisión por el AVE a la Meca que le donó el rey de Arabia Saudita) Pero ella no obedeció aduciendo que seguramente la iban a acusar de delitos financieros. “Él me los dio por gratitud y por amor”, Juan Carlos contraatacó acusándola de habérselos robado. “Corinna descaradamente se quedó con parte de la jugosa herencia, aunque se nos haga creer lo contrario”.

Tras la publicación de una carta remitida por Corinna a Felipe VI en la que le advertía que entre 2008 y 2012 había figurado como segundo beneficiario de una cuenta en Suiza por un monto de 100 millones de dólares. Don Juan Carlos I se trasladó en secreto a Londres en marzo del 2019 para intentar firmar con Corinna un pacto de no agresión. Pero no se llegó a ningún acuerdo entre ambas partes porque el rey emérito no quiso reconocer la campaña de abusos instigada por la Corona, ni mucho menos se tomaron medidas para remediarla. Durante el tiempo en que los dos convivieron Corinna acumuló abundante información comprometedora sobre las empresas, fundaciones, cuentas secretas y testaferros que esconden su patrimonio millonario.

La Conferencia Episcopal española ni siquiera se ha pronunciado sobre el pecaminoso comportamiento de su “católica majestad” (título que aún conserva). Un rey adúltero que se ha dejado arrastrar por los siete pecados capitales y que hipócritamente comulgaba con la hostia santa.

Podemos, el PNV, Bildu JXCAT, ERC o Mas País pretendía abrir una comisión de investigación en las cortes pero los partidos monárquicos el PSOE, PP, Vox o Cs se han negado a investigar las “presuntas irregularidades” cometidas por don Juan Carlos I. Argumentan que es una oprobiosa ofensa contra el soberano poner en duda su legado 

¿Cuál es el origen de su fortuna? la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo ante las contundentes pruebas presentadas por la fiscalía suiza por las comisiones del AVE a la Meca, no le ha quedado más remedio que “analizar” las cuentas de Juan Carlos I. 

Durante sus 40 años de reinado no solo han sido las comisiones por millonarios contratos sino también los fondos reservados, fideicomisos, negocios inmobiliarios, inversiones financieras. subastas eléctricas, subvenciones cruzadas, fondos excepcionales de la Casa Real, ayudas europeas, etc. Demasiado éxtasis y frenesí en esta pestilente ciénaga de corruptelas y desfalcos. Seguramente hay más cuentas secretas y dinero negro repartidas por los paraísos fiscales de medio mundo. Mientras la Agencia Tributaria advierte a los ciudadanos del común que si evaden impuestos les pueden caer penas de 1 a 5 años y multas que oscilan entre el 50% o el 150% de la cantidad no declarada. El coro tardío de los arrepentidos empieza a entonar sus lamentos de perdón por el silencio cómplice que jaleaba la campechanía de su majestad.

Los partidos políticos de la izquierda radical, antisistema y separatista (Frente Popular) reclaman desde hace años que se convoque un referéndum entre monarquía o república. Aducen que es un anacronismo medieval el que en pleno siglo XXI exista una monarquía hereditaria que elige al jefe de estado mediante un acto sexual. ¿acaso la soberanía no recae en el pueblo español? Por el momento la Constitución del 78 es un dogma de fe intocable e imposible de reformarla hasta que no se cuente con la mayoría de votos suficientes. 

Faltan pruebas para imputar al rey emérito, es preciso demostrar que tiene esas cuentas con ese dinero y, por supuesto, los bancos en paraísos fiscales negarán la existencia de dichas cuentas y sociedades fachada. Las únicas pruebas que existen son las de una amante despechada y del policía delincuente Villarejo. ¿Qué credibilidad pueden tener estos dos caraduras? “Verdaderamente estamos asistiendo a un magnicidio mediático”, portavoz de Vox, Espinosa de los Monteros.

En la historia líquida de la actual sociedad postmoderna ya no tienen cabida esos cuentos de hadas de reyes y príncipes de origen divino. Las cosas no son fijas ni eternas, pues estamos inmersos en un mundo vertiginoso de la revolución tecnológica en la que todo cambia de un día para otro. No es casualidad que el mito del monarca decente y campechano se haya derrumbado con dos imágenes: un elefante abatido en un recóndito paraje de la selva africana y una vulgar máquina de contar dinero (en la que Juan Carlos I contaba las sacas dinero negro que le remitían sus hermanos árabes desde el Golfo Pérsico). La revista Forbes, especializada en negocios y finanzas, calcula que el patrimonio de la familia real española o mejor dicho, la empresa familiar Borbón S.A, asciende a unos de 2.000 millones de dólares.

¿Es posible comprobarlo? Sus acólitos de la prensa servil y los cipayos del poder siempre lo negarán; son mentiras de los enemigos, falsos rumores, especulaciones que no tienen el más mínimo fundamento. La lacra de la impunidad sigue reinando desde hace siglos y no hay manera de combatirla con eficacia. El pueblo español cautivo y desarmado sufre de amnesia crónica, la alienación digital televisiva, los computadores, teléfonos móviles o las redes sociales lo tienen completamente esclavizado. Solo un golpe de suerte podrá redimirlo, así que a apostar a los cupones de la Once, la lotería de Navidad, casinos online, los Euromillones, las quinielas o la lotería primitiva.

El rey emérito estuvo cenando con sus amigos de regatas de Sanxenxo en la víspera de abordar un avión privado que lo trasladaría desde el aeropuerto de Vigo hasta el golfo pérsico. “Nos vemos en septiembre”, fueron sus últimas palabras. Y es que el caso Corinna se había convertido en una verdadera pesadilla y no le quedó más remedio que exiliarse para calmar la ira del populacho indignado con sus tropelías. Es un sinsentido que cuando la recesión económica arrecia con mayor enjundia, el rey emérito se vaya de vacaciones al golfo pérsico a disfrutar de las mil y una noches en compañía de un harén de odaliscas y concubinas.

Muchos piensan que todos estos casos de corrupción que han salido a la luz pública serán la tumba de la monarquía. Pero desgraciadamente si hoy se hiciera un referéndum entre monarquía o república, con toda seguridad ganaría la monarquía (con excepción del País Vasco y Cataluña) porque sus valedores, el PSOE, PP, Cs o Vox, representan el 80% de los votos. Una victoria de la corona borbónica significaría legitimarla para los próximos 500 años. Y si por si acaso existiera algún conato de insurrección popular actuarían de inmediato las Fuerzas Armadas que son las garantes del orden constitucional y el Estado de derecho.

Tal y como lo expresara el exvicepresidente del gobierno Alfonso Guerra: “España es más bien una república coronada. El rey es la garantía de paz, estabilidad, bienestar y unidad”.

Hay que concluir que será el relevo generacional el que tumbe la monarquía, no una revolución o una proclama mesiánica de un grupo de ilustrados o un anhelo utópico o vanguardia iluminada de los desheredados. La breva caerá por su propio peso.

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