Ahora, una semana después de que se hizo famosa publicando un video en Youtube, la profesora Claribel Rodríguez no puede, ni siquiera, atender una llamada telefónica sin que a su lado esté un agente de la policía escuchando la conversación. Pareciera que más que protegida, se sintiera vigilada. A esta profesora de Aguachica, Cesar --especialista en ética y pedagogía-- le da miedo que su valentía le cueste la libertad de moverse por las calles de su pueblo, o poner a todo volumen, cada vez que el calor y el día se apagan, las canciones de Marc Anthony, Romeo Santos y Menudo que tanto le gusta escuchar.
En sus años de vida lo único que ha tratado de ser es consecuente con las cosas que cree. Con la ética, la honestidad, la justicia social, como siempre lo ha impartido en sus más de 20 años como educadora. Por eso, cada noche, a pesar de los zancudos y el sofoco, trata de usar lo menos posible el ventilador y no encender las luces de la casa para ahorrar energía. Es activista y católica. No solo no falta a misa cada domingo, sino está allí, marchando cada vez que la causa lo amerita, como sucedió en el paro nacional del pasado 17 de marzo.
Pero lo que más la atormenta son los niños de su país, sobre todo si son sus alumnos, y si tienen hambre. Después de esforzare en una clase de educación física, los niños, extenuados, esperan encontrar jugos naturales, avena, pasteles de carne o una fruta. Pero ella ha tenido que ver, impotente, cómo deben resignarse a una galleta de soda, Bienestarina o una arepa tan dura como una moneda que no se puede morder.
Y aunque lo había visto todo, no estaba preparada para observar lo que presenció a finales de marzo: sus alumnos del colegio Sagrado Corazón de Jesús –en donde trabaja desde el 2009-- posando ante una cámara, llevando un plato de comida que nunca comerían; que sólo servían para justificar un robo, un saqueo, el aniquilamiento de la niñez colombiana. Con las lágrimas sobre sus ojos y sin pensar en lo que podría acarrearle, se arriesgó y filmó y publicó a los niños recibiendo lo que verdaderamente comerían: unas hilachas de pollo y un pedazo de plátano mal cocinado servido en su mano.
Ver: Video: Niños de Aguachica humillados por un plato de comida
La gobernación del Cesar, la Alcaldía de Aguachica e inclusive el Ministerio de Educación se comunicaron con ella y pudieron notar su nerviosismo. Las amenazas empezaban a rondarla como fantasmas. La Policía del Cesar valoró el riesgo y determinó lo que ella ya sabía desde el momento en que subió el video: que de ahora en adelante --y quién sabe hasta cuándo-- caminaría con un uniformado al lado.
Igual Claribel Rodríguez no se arrepiente. Ella sabe que su conciencia no la dejaría vivir si no hubiera publicado el video que hoy es viral en los medios de comunicación y redes sociales. Porque desde hace varios años se viene jugando con la alimentación de los niños en varias regiones del país. En esa otra Colombia que parece invisible.